21-07-2006

El blackout de un cocinero

Trabajar como cocinero es particularmente pesado. Por al menos un par de horas cada día o noche, la presión por preparar platos es extrema, aunque muchos ven en eso un atractivo y gozan tomando su debida cuota de adrenalina a modo de recompensa. Pero a veces todo se sale de cauce como le sucedió a D. No quiso dar su nombre pero es joven, un veinteañero con algo de experiencia en el cuerpo. Antes de que ocurriera todo, sólo de oídas se había enterado del efecto colateral de un comedor lleno, con muchas y muy variadas órdenes llegando a la ventanilla. En jerga restauradora eso se conoce como ‘abrir’ la carta y no agrada mucho. Cuesta responder bien parado si en menos de 10 minutos el comedor se copa de comensales dispuestos a pasar un buen rato y por ende a no recibir disculpas. En esa labor de cortafuegos a los potenciales incendios de cocina el personal de sala es esencial: ya sea maitre o servicio, son los encargados de ‘sugerir’ a los clientes un rango acotado de platos, hasta que todo retorna a la calma.

De no pasar eso, probablemente la sangre llegue al río de cualquier otra forma. Como pasó hace poco en un restaurante italiano de Vitacura, de esos con platos de $ 9.000 y más, donde al chef se le sobrecalentó la paciencia y tras unos cuantos golpes al jefe de garzones por su falta de persuasión, tomó sus cosas y partió. Puede ser una calentura estilo peninsular -de esas que se ven en las películas- pero no dejan de mostrar la mezcla estrés y cansancio en un expendio de comida cosa que a ratos no se soporta. O sí, aditivos químicos mediante.

El día que D sufrió su blackout no consumió nada ni tampoco golpeó a nadie. Aunque reconoce que a veces suelta tensiones jugando a pegar con sus colegas en la pequeña cocina del restaurante porteño donde trabaja. A primera impresión puede parecer una tontería, pero para esos efectos laborales suele ser tan necesario para funcionar como el café del oficinista a media mañana. Para él los problemas comenzaron un tanto tarde: “fue tipo 11 de la noche y todo se complicó cuando me di cuenta que pensaba en los platos que estaban por salir y no en los que estaba haciendo en ese momento. Al mismo tiempo perdía energías y claramente sentía que estaba cooperando. Paré por un par de minutos a ver si me concentraba, pero mientras más leía las comandas menos las entendía”.

Habla Jimena, compañera de labores: “primero se complicó por no encontrar el pescado y perder algo en un lugar tan chico es casi imposible. Pero cuando comenzó a cortar filete para una orden de pescado nos preocupamos de verdad. Le decíamos ‘Para, necesitamos reineta’, entonces iba y guardaba la carne en el refrigerador ¡Pero la sacaba de nuevo y volvía a cortarla!”.
La escena la completa su jefe y dueño del lugar: “lo tuvimos que correr a la fuerza junto a la copería para que se repusiera. Quería seguir pero en serio no podía. Pasó un buen rato hasta que volvió en sí”

D dice que no recuerda nada de esa parte del episodio, ni tampoco tiene claro cuanto tiempo demoró en recuperarse. Para él fueron apenas un par de minutos, mientras sus dos colegas aseguran que mucho más. Seguramente le pasó como a los aviadores de combate, que de tanto hacer piruetas a miles de kilómetros por hora, llega un momento en que el cuerpo no resiste y ven todo negro. Aquellos casi siempre no la cuentan pero D sigue con vida, en este caso laboral. De momento la única receta que se le ocurre para no volver a pasar por lo mismo es vivir el presente; o sea, fijarse en lo que corta en el momento justo y necesario. De ahí en adelante, prefiere no pensar.

Ranking Restaurantes Santiago

6º) De la Ostia
La barra sigue siendo la misma, con gente amable a su cargo y con ganas de integrar a los noctámbulos solitarios que se cuelgan allí. En ambiente no falla y las cosas siguen tal cual en este bar de tapas, con inefable pop español como banda sonora y servicio ágil. Pero pasa que en sitios como ese, si los bocadillos fallan el aire se inquieta. Es que pagar poco más de $ 3.500 por una breve porción de pulpo a la gallega y su carne llegue demasiado blanda y con un aderezo sin sabor, genera problemas. A lo mejor es un pequeño impasse. Pero si se repite 10 minutos más tarde con chistorras ricas (era ir a la segura, son embutidos de muy buen sabor), pero con adornos que no aportan más que una sensación de desorden, es que ya la cosa dentro de la cocina está más que relajada. Dos platos sin cariño (y de alto costo) valen más que mil palabras, ojo con eso. Dirección: Orrego Luco 065 Providencia. Teléfono: 3351422.

5º) La Rosa Náutica
Una escenografía de barco grande y sobrio, ideal para captar la atención de comensales despreocupados ¿Comida? Correcta y simple, con productos marinos frescos cortesía de dueños que saben comprar porque vienen de negocios parecidos en El Quisco. Los falta mucho en atención y como su disco duro culinario se remite a preparaciones tradicionales, hay poco y nada de sorpresa. Con un par de preparaciones de la casa con algo más de ingenio, sería carta segura en el barrio Cumming-Bulnes. Plato destacado: Corvina al vapor con salsa al ajillo. Dirección: Dirección: Bulnes 87, Santiago Centro. Teléfono: 6814247.

4º) Amorío
Si no fuera por los detalles sobre detalles, como garzones poco motivados frente a clientes de aspecto sencillo, demasiada premura en la llegada de los platos y un poco más de sazón en ciertas preparaciones y/o guarniciones (el puré de papas lo requiere con urgencia), amorío daría el ancho como ‘él’ restaurante de Bellavista que conjugó calidad con sentido del espectáculo. Claramente no todo es poco atractivo: los tragos son muy agradables, mientras que algunas preparaciones como el Mero con puré al oliva se merecen un espacio en el panteón de los platos ricos de la ciudad, versión 2006. Pero pese a esas joyitas, no convence 100%. Hasta nuevo aviso, más taquilla y teatro (al fondo a la derecha está el Centro Mori) que restauración a la altura de las circunstancias. Plato destacado: ya se dijo. Dirección: Constitución 181. Teléfono: 7771454.

3º) Catedral
Una cocina abierta hasta las dos de la mañana en la semana y hasta las cuatro viernes y sábado, con comida de buen nivel, era lo que pedía a gritos la bohemia santiaguina. Claro, está la Casa de Cena, pero acá hay más onda, música en vivo y garzones con ganas de hacer las cosas bien, aunque el lugar esté lleno y no precisamente dado a verle el lado gourmet al segundo piso de este híbrido culinario que comparte con Opera. Tablas, piqueos, una respetable carta de cervezas y sala de baile cooperan en eso. También los precios módicos en los platos de fondo, donde habrá ingredientes sencillos pero corrección en su preparado. En el almuerzo a veces se notan las ojeras de la noche anterior, lo que le quita prestancia para el oficinista C1/C2 que come en su bonita terraza (los palogruesos lo hacen abajo, en Opera). Pero de todos modos, funciona y bien. Plato destacado: Dirección: Merced 395. Teléfono: 6645491.

2º) Adra (noches de pescados y mariscos)
Acá estamos hablando de lujo-lujo. Pulcritud en el servicio -el maitre y los garzones ya no parecen robots como en sus primeros meses- y precisión cuando se recomiendan vinos y licores, no hacen más que engalanar un ambiente claro en clave azul crema, ideal para los amantes de lo tradicional en términos decorativos. La carta de pescados para este mes consta de un buffet ilimitado de menudencias marinas donde destacan cortes de atún sellado rojitos y túrgidos, o notables sabores agridulces orientales como los camarones y almejas en lychee. De fondo, un congrio sobre espárragos fritos en salsa de locos y tomate cherry levemente cocido no se supera. Ojo con el enguindado de bajativo: lo mejor del mercado ¿Precio? 19.900 por persona con todo. Sumando y restando, conviene. Plato destacado: el congrio. Dirección: El Alcalde 15, Las Condes. Teléfono: 4708500.

1º) Liguria Manuel Montt
Tras su remodelación quedó enorme (perfectamente podría llamarse Mall Liguria Center), casi como un signo de los tiempos liberales-progresistas que nos gobiernan (eso, mirando a sus parroquianos). Consideraciones ambientales aparte, es una de las más recomendables zonas donde comer comida urbana santiaguina, como a lo mejor fue en esos los viejos buenos tiempos. Platos contundentes, llenadores, simples en su preparación pero con productos de alta calidad conforman su fórmula. Algo fácil de decir pero muy difícil de cumplir en donde importa: la mesa. La carta es acotada y efectiva, donde las mechadas, las guatitas, los ravioles de buen relleno, jamones a la italiana (de Capitán Pastene) crean un combo culinario de peso ¿Tiene turistas hambrientos de comida y cultura criolla? Ese es un dato fijo. Ahora, si es por comer-comer, la hora de almuerzo es la más indicada. De noche, mejor beber y dejarse mirar porque pasa demasiado lleno. Plato destacado: Mechada con puré picante. Dirección: Providencia 1373. Teléfono: 2357914.

Restaurantes Valparaíso

Proa al Norte (Casino de pescadores Caleta Portales)
Dicen que la remodelación de Caleta Portales fue un lifthing al barrio, pero eso no incidió en la calidad de los locales que ocupan el ahora, complejo de concreto y con mejores ventanales. Las cosas transitan como siempre: pocas ganas de hacer algo mejor con la comida y el servicio, a precios que claramente no se condicen con lo llegado a los platos. Por eso, al menos en el Caldillo de Congrio, destaca este lugar. Limpio y abajo, al lado de los botes, ofrece esta sopa marina con rica concentración y a precio módico. Como el lugar es limpio y ordenado en su sencillez, vale la pena darle una vuelta, pero sólo por aquel ejemplar clásico de nuestra cocina. Plato destacado: el caldillo. Dirección: Caleta Portales s/n, Valparaíso. Teléfono: 620288

Primer Ascensor a la Luna (Guachacas Valparaíso)
El arrollado es de contextura gruesa y golosa (no así las papas cocidas), pero funciona. De todos modos no importa demasiado porque a lo que se va a bailar cueca y más cueca. El local es para 200 personas y está en un segundo piso (ojo, si está lleno uno puede romperse los nudillos golpeando y nadie va a pescar); posee un mobiliario rústico y firme, mientras desde la barra la provisión de vino pipeño, cervezas y terremotos (pipeño con helado de piña y fernet) parece que no se acaba nunca. Los fines de semana se llena, por lo que el buen ánimo está garantizado y la tipicidad también, expresada en el baile nacional, en los boleros, las guarachas y las cumbias de sabor clásico que no dejan de tocarse en ningún momento. En resumen, la fonda interminable y sin goteras en caso de lluvia, donde el denominado Guaripola guachaca Dióscoro Rojas cumple a cabalidad esa función. Plato destacado: el arrollado. Dirección: Victoria 2345, Plan de Valparaíso. Teléfono: (32) 237865.

05-07-2006

10 Restaurantes ¡Y rankeados!

En publicaciones anteriores, el fuerte era mostrar restaurantes y emitir una opinión. Pero no está mal dar cuenta de lo visitado durante el mes, categorizando de menor a mayor calidad la propuesta de los lugares visitados. Obviamente la selección es variopinta, casual si se quiere, pero sigue una línea: la de una progresiva excelencia.

10º Lugar
NAU KANA
¿Será peyorativo decir que casi toda la clientela de Nau Kana son tipos con camisita Polo dentro del pantalón (sino encorbatados tipo happy hour) y chicas con tinturas blondas y maquillaje recargado? Claro que sí. Ahora, todos parecían pasarlo bien, el lugar está aislado de mundanal Providencia y recuerda a la casa matriz de este lugar, ubicada en Pucón. Entonces, seguramente debe haber bastantes remembranzas al bronceado y varios conocidos de los meses de verano. Quienes no son de la tribu, pueden viajar por cinco cocinas asiáticas de una sola vez, por medio de bocadillos de restobar donde las especialidades árabes llevan la batuta (hay japonesas, tailandesas, indonesas y vietnamitas). Eso sí, por la simpleza y chilenización de las preparaciones, el viaje es en clase turista y a 36 cuotas. Plato destacado: Hojas de parra. Dirección: Santa Beatriz 135, Providencia. Teléfono: 2353636. Precio promedio: $ 13.000.


9º Lugar
SÁNDWICHES LOS LEONES
Pequeño, limpio y aún con olor a nuevo, posee una larga barra y a la mitad del lugar aparece la pantalla de plasma que le da un aire aún más moderno. Acá la especialidad son los emparedados a la clásica (Barros Luco, Chacareros, Lomitos Completos), pero la gracia está en la factura pulcra de sus preparaciones, con gruesos trozos de carne y producto fresco. Les falta un poco de condimento y salazón, pero esa sintonía fina se aprende con el tiempo. Plato destacado: Churrasco Italiano. Dirección: Av. Los Leones 44 Providencia. Precio promedio: $ 3.000.

8º Lugar
FUENTE BRASIL
Cuando se copia, hay que hacerlo de frente y sin culpas. Esa es la cualidad de este local de Valparaíso, que trasladó al puerto, en una zona de oficinas y universidades, los sabores de un clásico santiaguino: La Fuente Alemana. Se capacitaron allá y funciona. Si bien es cierto aún hay cosas que requieren un tiempo de entrenamiento, el lugar promete entre otras cosas, porque el pan es caliente-crujiente, son generosos con los aderezos y la carne es rica, a distancia aún de su alma mater, pero todo un aporte al medio porteño. El lugar es raro, porque posee estética de pub, con madera, muros rojos, una barra al fondo y mucho espacio, pero está abierto todo el día. Y como los menús son convenientes con garzones motivados y amables por sobre la media del barrio, se llena de oficinistas o grupos de ellos, sumados a estudiantes. Una mezcla curiosa. Plato destacado: Sándwiche Rumano (hamburguesa con ajo y ají). Dirección: Av. Brasil 2406, Valparaíso. Teléfono: (32) 593893. Precio promedio: $ 3.000.

7º Lugar
LOS CORRALES
El lugar destaca por tratarse de expertos en carnes, cortesía de parrilleros argentinos avezados, que sacan en pocos minutos una respetable cantidad de cortes de gran tamaño. Imperdible el asado de tira, al entraña o los cortes de lomo, las longanizas de muy buena calidad y (algo bastante interesante) acompañamientos que no destiñen, cosa habitual en lugares donde se privilegia la carne y el resto no. Hay algunos garzones buenos para la talla y eso ayuda más al ‘ambiente familiar’ en clave carne roja. Plato destacado: Asado de tira. Dirección: Fidel Oteíza 1917 (esq. Marchant Pereira). Teléfono: 2740959. Precio promedio: $ 10.000

6º Lugar
SPIAZZO
Las pastas y las masas forman parte de la trilogía de los preferidos por el público asiduo a restaurantes (los otros son los chinos y las carnes). Así, era inevitable que poco a poco le subieran el pelo al estilo, por medio de locales como Spiazzo. Experiencia tienen, son los mismos dueños del vecino El Parrón y la relación volumen-calidad es parte de su sello de marca. Entonces, tanto antipastos como pizzas y pastas ofrecen una calidad pareja (de la mitad para arriba se entiende), sumado a una carta de vinos acotada y barata, más algunos tragos. La velocidad con que llegan las cosas y la amabilidad de los garzones son otros puntos altos, además de ser un espacio claro, cómodo y apto para ir en grandes grupos. Si sacan la foto de Benito Mussolini del collage alusivo a la Italia del siglo XX que ostentan, la cosa sería mucho mejor. Plato destacado: Pizza de berenjenas al ajo. Dirección: Providencia 1214. Teléfono: 2518911. Precio promedio: $ 7.000

5º Lugar
SANTA PIZZA
Sigue la misma lógica del refinamiento pizzero, pero en un lugar donde se quiere concentrar la clase media alta de la restauración santiaguina: el Bulevar del Parque Arauco. Lo rico de ese sitio en específico es que casi no se conecta con el mall, y así se disfruta bastante la estética moderna del entorno. Pero en lo importante, la carta, funcionan bastante bien. Partiendo por el pan calentito, el aceite de oliva y otras menudencias puestas en la mesa; siguiendo por pizzas, crocantes y con producto fresco, más ensaladas y antipastos de respetable tamaño y calidad. Un mejor servicio del vino se echa de menos, eso sí. Tarea para la casa. Plato destacado: Pizza de salmón fresco con menta. Dirección: Bulevar Parque Arauco Local 309. Precio promedio: $ 8.000.

4º Lugar
AMBROSÍA
Uno de sus meritos: revitalizar la cocina de buen nivel en el centro de Santiago. Ok, bien, pero además su ubicación tras la Casa Colorada y el contraste entre lo colonial de la construcción y la hipermodernidad del edificio donde se ubica, lo hacen mucho más interesante. La cocina es mediterránea, más algunos arrestos personales de su cocinera, más el aporte de preparaciones clásicas que aportan prestancia entre un público más bien ejecutivo (Su menú de almuerzo es de $ 10.000). Se come bien a la carta, en un ambiente distendido aunque no exento de formalidad y con opciones entretenidas como la Causa de pulpo o clásicos como el Salmón a la mantequilla rubia. Buena variedad de vinos por copa. Plato destacado: Salmón a la mantequilla rubia. Dirección: Teléfono: Consumo promedio: $ 15.000 (a la carta)

3º Lugar
GURÍA
Por ubicación y sencillez ambiental, está claro que el término pretensión estética no cuenta: allí es la comida la que manda. Pero ojo, el lugar es cómodo, iluminado y bien servido; correcto si se quiere. Está orientado a especialidades peninsulares y dentro de esa lógica desfilan platos difícilmente encontrables en otros lugares, como los Garbanzos cocidos en concentrado de caldillo de congrio, la Lengua de vacuno con salsa de cebolla, tocino y acompañada por polenta; como también la monumental Cola de buey y un largo etcétera. Una cocina honesta que vale la pena visitar más de una vez. Plato destacado: Los Garbanzos. Dirección: Manuel Montt 1599, Providencia. Teléfono: 4746605. Consumo promedio: $ 15.000.

2º Lugar
OPERA
El lugar resplandece en una de las mejor conservadas esquinas de Santiago Centro: amplios ventanales, tonos gris impecables, música suave y atiborrado de ejecutivos y socialités, de esas que no son farándula pintamonos sino la del poder-poder. Para ver la ciudad desde un ambiente controlado y para dejarse ver, obvio. Más allá de ese fundamento estético la cocina es seria, fina, apta para el lugar, con una carta acotada y de calidad, regida bajo parámetros culinarios franceses. Lo mejor de todo es que todavía no se ha asentado completamente, tiene espacio para progresar y realmente destacarse entre las mejores de su clase en la ciudad. Por ahora una gran promesa. Plato destacado: Rillete de Jabalí. Dirección: Merced 395 , Santiago Centro. Teléfono: 6643048. Consumo promedio: $ 20.000.

1º Lugar
ONE NINE ONE
Moderno, funcional, impecable en términos visuales. Posee dos niveles: en el primero se puede disfrutar en mullidos sillones, de una coctelería amplia y de buena factura, con un bartender-pedagogo bastante simpático. Luego, los bocadillos como las Alcachofas asadas rellenas de ricotta, tomillo y salame, revelan un tapeo elegante, ideal para ir de a dos y hacerse el lindo con clase. Arriba es para comer y es donde la cocina fusión aparece en toda su magnitud, sin excesos, inteligente. Ejemplos: Pato asado en anís estrellado ($ 6.000) jugaban con sabores verdes de pimentón asado, cuya potencia se equilibraba con el acompañamiento de verduras y alioli de jengibre. Para quienes andan a diario por esa zona de Providencia: vayan por su menú de almuerzo ($ 4.900 y $ 5.500), de gran nivel. Plato destacado: Pato asado en anís estrellado Dirección: Santa Beatriz 191. Teléfono: 2362781. Consumo promedio: $ 13.000.

Cervezas y más cervezas (y sus respectivas notas de cata)

Las cervezas están en alza a nivel de consumidores. La llegada en masa de ejemplares belgas, holandeses e ingleses en su mayoría, sin duda aumenta el abanico de opciones disponibles, haciendo crecer la hinchada con su calidad y tipicidad. En fin, un círculo virtuoso al que varios productores de nicho (más algunos industriales) se están subiendo con mayor o menor éxito. Acá, notas de cata de varias opciones nacionales y extranjeras. Luego irán más. Porque de seguro, este asunto va a subir como la espuma.

Cervezas chilenas

KROSS GOLDEN ALE
Visualmente es transparente y de colores dorados; su espuma es consistente hasta la cremosidad por momentos. Al olerla se suben a la cabeza notas de manzana, pera, durazno y unos toques de miel. Al beberla tenemos un ejemplar de cuerpo medio y sabores que recuerdan al lychee y ciertas notas cítricas, con un final refrescante. Hay balance entre lo olfateado y lo bebido. Como para pensar que por fin tenemos futuro esplendor en las nuevas cervezas.

VINILO PALE ALE
Público de Valparaíso: esta es toda una novedad. Café Vinilo desde hace un par de meses que tiene botellas etiquetadas exclusivamente para la casa. Y no sólo son envases sino una preparación cortesía de una nueva cervecería próxima a inaugurarse en Cerro Barón dentro de las próximas semanas. Esa es una noticia, la otra es que al beberla se aprecia una evolución frutal emparentada a la manzana, con notas claras a lúpulo y cuerpo medio. Prometedora y diferente a todo lo conocido en la costa.

COLONOS DEL SUR LAGER PREMIUM
Tremendamente refrescante, posee la ligereza propia de las de su estilo. Tras degustarla aparecen poderosas notas amargas, donde sobresalen dejos frutosos ligados a la manzana y un tenue resto de levadura. Si bien es cierto debe ser la mejor lager (cerveza de fermentación baja) producida por estos lados, se recomienda encarecidamente beberla a baja temperatura (ahora que los días están inusualmente cálidos, mejor), puesto que puede aparecer una disonante sensación ácida, que puede bajarle el pelo a este ejemplar.

CRISTAL RED ALE
Al menos las grandes casas cerveceras se dieron cuenta que podían darle un giro de variedad a sus productos. Esa es la gran virtud de esta cerveza: abrir nuevos caminos, porque fuera de un ligero dulzor en boca, esta cerveza no aporta mucho más. ¿Huele? Nada. Recomendable para quienes buscan un poco más de sacarosa al momento de beber.

Cervezas extranjeras

LA TRAPPE (TRIPPEL) – Bélgica
Color ámbar y ligeramente turbia. Presenta una espuma consistente, sin ser una crema, y burbujas finas. A la nariz ofrece un buen volumen de aromas tostados, a miel, cáscara de naranja, higo y notas cremosas. El sabor es un mix de caramelo, tostado, uva, cerezas y una compleja nota a… mariscos blancos como los camarones. Ya con todos estos datos se puede apreciar que este es un producto complejo como el que más. Una de las cualidades que han hecho a las cervezas belgas una de las más requeridas en el mundo entero.

O’HANTON’S SCOUT – Irlanda
Prácticamente negra y de alta turbidez, posee una espuma consistente y de tonos café claro que no pierde su color con el correr de los minutos. En aromas presenta notas ahumadas, tostadas al estilo del café (o mejor, café de higo), más unos ligeros toques herbáceos. En la boca la pared de sensaciones tostadas es evidente, donde se rescatan toques de chocolate amargo; de todos modos, el cuerpo es medio y la sensación de elegante amargor no se pierde en la boca tras un buen rato. Gracias a esa cualidad, puede ser un excelente amplificador de sabores de cualquier tipo.

LA TRAPPE DUBBEL - Holanda
Color café rojizo de turbidez media, espuma ligera y persistente en los bordes. La gama aromática se mueve en dejos frutales procesados y toques lácticos. A saber: chocolate de leche, calugas, miel, arrope y membrillos cocidos. Su cuerpo es alto, poderoso y su dulzor intenso, donde se dejan sentir sabores de vino fortificado, chancaca (sí, chancaca), más dejos metalizados. Su persistencia es amplia lo mismo que su final. Toda una experiencia.

Cuatro vinos para compartir

Cuatro catas para cuatro vinos de personalidades y calidades diversas. Desde formatos pop a ejemplares elegantes y acuicados, para beber solos o con la comida que deseen.


ERRÁZURIZ MAX RESERVA SHIRAZ 2004
La impronta de estos vinos es la de la elegancia, la sedosidad en boca y dejar de lado cualquier arresto de agresividad. Como una piedra pulida, este shiraz (le dicen así por cosas del marketing) encaja perfecto en este ideario, gracias a sus aromas equilibrados a tocino y especias como la pimienta blanca. Y en buen volumen. Pero también se aprecian significativos toques de cereza madura y mora, frutas en clave dulce, unido a un dejo vainilloso cortesía de una madera fina e integrada. En boca se nota concentrado y de final ligeramente amargo; con taninos redondos y amigables. Habitualmente los syrah hablar de notas un tanto más salvajes (cuero, tabaco, carne) y este, por elegante y formateado que es, prescinde un poco de esa cualidad. ¿Cuico? Claramente.

J BOUCHON RESERVA ESPECIAL MALBEC 2004
Una concentración envidiable a la vista; un color casi negro que no era mentiroso: es decir, la misma prestancia visual se traspasaba a aromas claros y llenadores a fruta negra como la mora, algunos dejos cárnicos, sumado a notas de grafito. En boca, buen volumen y taninos de carácter pero un tanto domados tras la guarda en botella. Bueno bueno para un asadito de esos con varios cortes (asados de tira, costillares, entraña, lomo y longanizas, todo de una sola vez). Además, aguanta condimentaciones.

J BOUCHON CHICUREO SAUVIGNON BLANC 2006
Puede que hayan sido los nervios del debut, pero a este Sauvignon Blanc recién salido de las cubas de estabilización, se le echó de meno la chispa ácida y mineral que ostenta buena parte de los de su especie. Tampoco tuvo demasiado volumen, aunque sí una expresión vegetal fina y clara. Para beber, pero ahora.

LEYDA GARUMA SAUVIGNON BLANC 2005
Dicen que los Sauvignon Blanc del año pasado son eso: cosa del ayer. Pero darse una vuelta por este vino resume lo mejor del valle de San Antonio, cortesía de la viña que produce con más abundancia para el mercado local. Los aromas cítricos, minerales se halla en buen volumen. Por otro lado, si bien es cierto en boca se aprecia cansado, mantiene la chispa que lo transforma en uno de los pocos candidatos de la temporada pasada, a seguir en la memoria del consumidor promedio.

Mi libro

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Valparaíso a la Mesa, reúne las 47 mejores opciones para comer en toda la ciudad con más personalidad de Chile. Disponible en librerías de Santiago y V Región.

Asado de tira

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Asesino ¿No?