24-09-2007

Tres en uno

Ante todo mis disculpas por no postear con la frecuencia que quisiera. En adelante seguirán los temas largos y otras tantas novedades e historias del comer y afines, pero prefiero retornar en esta vuelta, con posteos breves y más informativos. Para andar actualizado y anotarlos a modo de tips cuando quieran. Espero les caiga en provecho esta nueva fast food.


El Restorán: El Plateado. Es una mezcla de todo: de platos e ingredientes indios, alguna cosa thai, mucho de nikkei y chifa (japonés y chino peruanizado respectivamente) y pescados mas sazones chilenas. Está en la mínima costanera de Bahía Inglesa y retumbra en electrónica y pop suave, mezclado con harto sol, mucho más viento y gente linda a ratos. Pero no se trata del tradicional lounge ondero sin alma (los típicos ‘atún con sésamo’), sino de un sitio donde las recetas están bien definidas (harta fritanga y salteo al wok, pero con criterio) y sobre todo, comida que sabe muy bien y que entretiene. Bonus track: descomplicación y simpatía cuando se atiende. Está a 1000 kilómetros al norte de acá pero vale la pena pasar, en caso de andar por Bahía Inglesa, Caldera, Copiapó y sus alrededores. Dato fijo. Platos destacados: Cebiche, Ensalada con Mariscos Blanqueados, Chicharrón de Pulpo en Salsa Atomatada (en la foto). Dirección: Av. El Morro 753, Bahía Inglesa. Teléfono: Teléfono: (09) 8260007.


El Vino: llega la primavera y aparecen los Sauvignon Blanc. Son un poco como las flores, porque hay que disfrutarlos idealmente apenas salgan de la bodega, para aprovechar en pleno las características de frescura (desde minerales a frutales blancas en aroma y acidez chispeante más ligereza en boca) propias de un vino que en Chile, da que hablar día tras día. Uno interesante de la temporada: Castillo de Molina Sauvignon Blanc 2007 de Elqui (más Casablanca y Leyda en mínima cantidad). Este año salió mucho más definidos en volumen mineral (digamos, entre saladito y pedernoso) y una boca amplia de acidez y potencia. Aperitivo expresivo y elegante. Estaba más barato el año pasado, pero así es la fama. Precio de referencia: $ 6.500.




El Evento: Feria de Vinos de Chile. Es el suceso vinero decano, en lo que a muestra de vinos se refiere y viene con sus pergaminos de siempre. Para empezar, son 40 viñas en sus stands ubicados en Hotel Plaza San Francisco (siempre se ha hecho allí y sólo les falta tomarse la Alameda en esta edición) con cuatro representantes extranjeros (Argentina, Brasil y Uruguay). En términos de tiempo, es la fecha ideal, porque las viñas sacan al mercado sus primeros blancos y descorchan los primeros reservados de temporadas anteriores. Además, como es un evento a escala humana, siempre hay bocadillos de primer nivel dando vuelta por los pasillos, sumado a música ligera, talleres de degustación de vinos extranjeros, una libretita para apuntes y un ambiente lleno de conocedores dispuestos a orientar a quienes visitan la muestra por primera vez. Por si fuera poco (y este es un reclamo gremial), le entregan copas a los periodistas para degustar, no ponen problema alguno para pasarla o no la cobran como en otras ferias parecidas (este palo es para Cata & Vinos de Sheraton). A primera vista, no parece barato, pero por la experiencia vale la pena estrujar el presupuesto de fin de mes. 26, 27 y 28 de septiembre, desde las 19.00 horas. Alameda 816, Santiago Centro. Valor: $ 12.900 (incluye copa de degustación).

Mi libro

Mi libro
Valparaíso a la Mesa, reúne las 47 mejores opciones para comer en toda la ciudad con más personalidad de Chile. Disponible en librerías de Santiago y V Región.

Asado de tira

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Asesino ¿No?