29-04-2008

Comentario: cerveza Volcanes del Sur Bock


Hace rato que Volcanes del Sur ronda por el circuito de bares y pubs, al menos desde Santiago al sur. Tienen ambición: consolidarse dentro del segmento alto de las pequeñas-grandes cerveceras.
Para ello, cuentan con cartas credenciales serias: toque artesanal, regularidad en la producción y bastante más producto disponible que la mayoría de sus pares. Eso se debe, en parte, porque se apuntaron al área lager, es decir, a crear bebida de fermentación baja que por sus características requiere un capital inicial más alto, pero que a la larga permite un mayor control del producto final y la ansiada regularidad que todo productor en serie desea.

A la hora de probarla, en general es parca en sensaciones, pero todas ellas muy bien engarzadas. Un producto compacto. Su oscuridad tiene matices marrones a contraluz; es bastante límpida y su espuma de consistencia media permanece en el vaso. En aromas posee un tostado franco de intensidad media, equilibrado con notas a grano y una sensación de amargor suave. Aquella información se traspasa al gusto casi por completo: cuerpo moderado, que no alcanza a llenar la boca pero sí resalta su amargor combinado con notas metalizadas, que se quedan un rato por la garganta.

Un ejemplar bien definido para el estilo, sin sobresaltos pero que a cambio le entrega una corrección que la destaca entre las cervezas de produccion limitada.

Origen: Purranque
Maestro Cervecero: Jorge Aninat
Dónde conseguirla: bares especializados, pubs.
Precio de referencia: $ 1.800 (bares)

Los tintos 2007 de Casillero del Diablo


Con sus tres millones de cajas producidas, es el vino mainstream chileno por excelencia. Una de las caras potentes del país al mundo de la masividad viñatera. La cosecha 2007 lanzada recientemente, aseguran, es la mejor en muchos años, tanto así que la destacarán con una pegatina especial, que en el futuro sólo irá en caso de que las temporada sea excepcional. Como en las champañas francesas donde se les llama milesime. Pues bien, acá va el paneo de Unocome a cinco de sus tintos, simpatizando con el demonio.

Merlot 2007
En nariz ofrece una frutosidad amable, dulce como a frambuesa y otros derivados. La boca aparece igualmente amable, con taninos suaves y jugosos, gracias además a una madera suave y bien integrada. Un ejemplar fresco y parejito. Junto con el Cabernet, lo más destacado de la cata fundamentalmente por su frescura.

Malbec 2007
Aparecen claramente notas a fruta negra (arándano, maqui), con la reconocida potencia y calidez propia de la cepa a la hora de probar el vino. Para gente más paciente, se recomienda decantación previa para apreciarlo plenamente.

Carmenere 2007
El aroma verdoso (pimentón rojo, hierbas frescas) se aprecia claramente. Un descriptor que a muchos no les gusta pero acá más bien es un signo de identidad. Suave en la boca y de fácil llegada para quienes prefieren la sutileza a la potencia en tintos.

Shiraz 2007
Amplias notas animales más que a frutas. En boca aparece una rica expresión y calidez. Un vino que tiene peso, es brioso y se hace amigo de quienes buscan todo lo contrario a un carmenere en tintos: del poder.

Cabernet Sauvignon 2007
Notas especiadas como a pimienta y nuez moscada, dejos balsámicos (herbáceos del tipo albahaca) y una boca bien concentrada pero donde no se pierde de vista la frescura. Puede beberse ahora, pero un par de meses más en botella no le sentarían nada mal. Es que, por ser un vino más complejo que el resto, podría esperarse.


Una curiosidad: La marca es la más vendida de la firma, pero no por eso ha estado exenta de problemas. En Honduras, solo hace poco pudo ingresar a una cadena de supermercados. El motivo: su dueño es evangélico y con el diablo no quería nada. Problemas similares ha tenido en Brasil, por lo demás. gran mercado para los vinos nacionales.

25-04-2008

Elkika Ilmenau: comida que gana partidos

Sandwichería potente y un preciso mix bávaro servido con rapidez y eficiencia. No será espacio ciento por ciento deportivo, pero consuela con sabor, cualquier derrota vista por TV.

Martes, noche, fútbol. Hay más que buena asistencia en el comedor y los rezagados tienen que esperar de pie buscando, ya no el mejor lugar, sino cualquier rincón donde sentarse antes del pitazo inicial. Cosas del balompié. Elkika Ilmenau bulle, aunque no sea un rincón ciento por ciento futbolero. Es que juega un partido propio. El de funcionar con decoro frente a una multitud que tiene ojos y pasión tanto para la tele, como para lo que puedan conseguir de rico en este ya clásico híbrido entre comedor alemán y sandwichería criolla. Y a la hora de los resultados, el team culinario de calle Diego de Velásquez (ese raro paseo entre Guardia Vieja y 11 de Septiembre), tuvo lo que al otro equipo, el que jugaba la Libertadores en su cancha, le faltó: estrategia y actitud.

Eso de jugar de memoria no es casual. La casa matriz (metro Tobalaba) lleva 63 años ensayando eso de contar con un servicio experto en aplicar velocidad y cortesía a la vez; y en esa sucursal aquello se repitió con calco. Quienes vivieron y sufrieron esa noche deportiva, como tantas otras veces tuvieron un consuelo culinario, primero, con shops realmente con gusto a cerveza (Kuntsmann Bock y Torobayo a $1.500 el medio litro), o con representantes de la nueva generación chelera nacional (Kross Ambar, $ 1.100) o su acotada selección de marcas importadas donde la frutosa y danesa Tuborg ($ 1.400) destaca.

Por mucho la sandwichería se lleva las preferencias. Los precios rondan entre los $ 2.500 a $ 3.000 y lo puede hallarse -en todos- generosidad y un pan crocante, con peso, que aguanta bien todo lo que se les ocurra echarle. Así pasó con el Chacarero ($ 2.600), lleno de tomate fresco, poroto verde al dente, ají y harto churrasco; aunque con un poco más de aderezos las cosas podrían mejorar bastante en sabor.

Eso vendría ser lo chilenazo. Del lado teutón el Plato Alemán ($ 4.400), viene a ser un sabrosa introducción a la cocina bávara. Lleva Leberkäse (lonja semejante a un trozo de mortadela, de gusto mucho más intenso), Bratwurst (salchicha) blanca que debió estar más cocida; un Lomo Kassler de dimensiones generosas más papa y una porción de chucrut caliente que le hizo juego a una mostaza alemana de esas potentes. Tan potente como este equipo que da la pelea en cualquier cancha.

Dirección: Diego de Velásquez 2109
Teléfono:
Horario: Lu. a sá. almuerzo y cena
Consumo promedio: $ 5.000
Calificación: 5,5

Publicado en La Tercera, 25 de abril de 2008.

18-04-2008

Vino y calentamiento global: Sube la temperatura, sube la preocupación



Las próximas décadas quizá sean las más iconoclastas de la vitivinicultura mundial. Porque prácticas con siglos de arraigo, sobre todo en el Viejo Mundo del vino, corren riesgo de modificarse a perpetuidad a causa del aumento en la temperatura a nivel global. Al menos desde hace un lustro la alerta suena, y fuerte, tanto para viñateros franceses a punto de lanzar sus primeras cosechas en Inglaterra, hasta en un Chile donde se intensifica el afán por conseguir terroirs cada vez más frescos; tanto para satisfacer un mercado inclinado a la chispa frutal, como para ponerse a resguardo de un sol mucho más cálido de lo que quisiéramos.



Que Inglaterra no produce vinos de calidad hoy por hoy suena a mito. Espumantes como el Nyetimber Classic Cuvée 1998 confirman en parte esa nueva percepción, con logros como su medalla de Oro conseguida en el International Wine & Spirit Competition londinense del año pasado. Por localista que suene a primera mirada, el fallo suma puntos a favor de una creciente excelencia del vino británico. Y aunque tampoco es evidencia sustancial, como para anunciarle al mundo que el evaluador por excelencia del mercado internacional, importador y catador de caldos durante dos milenios, sea de ahora en adelante juez y parte, que uno de los suyos asome la nariz junto con los más conspicuos champagnes franceses indica que algo está pasando. Si a eso se suma la avanzada de los propios galos por conseguir una tajada de terroir inglés para hacer algo así como french sparkling wine, cuyas primeras cosechas se esperan hacia 2008 y obviando siglos de rivalidad, los signos de nuevos aires se acrecientan. Es que por un lado, las características de suelos en áreas como West Sussex -donde se produce el mentado espumante- se asemejan bastante a los territorios del noreste francés. Sólo faltaba que los grados Celsius extra del nuevo clima del siglo XXI se pusieran a su favor. Una condicionante clave y ejemplo de cómo le cambiará la vida, vía calentamiento global, a la vitivinicultura mundial. Actividad que se ha revelado como un particular fusibles que hizo saltar las alarmas respecto a lo que vendrá.

Datos duros: Didier Person fue el primer francés de la Champaña en poner un pie en tierras de sus vecinos. Los frutos de su emprendimiento serán vino y espuma a contar de 2008. Ese ejemplo que hizo ver a varios de sus colegas con buenos ojos el traslado al oeste del Canal de la Mancha. Así lo afirmó The Guardian en marzo de 2005, sobre las discretas tratativas de los productores galos por hacerse de paños de terreno en Kent, la punta más oriental de la Isla. Tiras y afloja por una zona ubicada unos 60 kilómetros más arriba del mapa que las tierras champañeras. Claro indicio respecto al corrimiento del polo norte magnético vitivinícola, algo en consonancia con los anuncios de la ONU, durante los próximos 30 a 40 años esa marca se desplazará septentrionalmente uno 180 kilómetros.

No es el único indicio, claro. En 2002 en Francia se creó la ONERC (Observatorio Nacional sobre los Efectos del Recalentamiento Climático), que entre otras cosas determinó que entre 1945 y 1999 las cosechas vitivinícolas en amplias zonas se adelantaron entre tres semanas a un mes, el período más temprano en los últimos 500 años. Un calor que asoma voraz en esas latitudes (no se olvida el de 2003 con miles los ancianos muertos durante el verano) y que van rompiendo costumbres largamente arraigadas. Ejemplo: “En Burdeos, bastaba la floración en las viñas, para contar 100 días corridos hasta el momento de la cosecha; hoy esa práctica no se puede realizar en varias partes”, cuenta Pedro Parra, Doctor de Terroir del Instituto Nacional de Agronomía de París-Grignon. Por otro lado, a fines de este año y tras cuatro décadas de prohibición, se permitió la irrigación artificial en el sur mediterráneo francés.

Estudios del INRA (instituto Nacional de Investigación Agropecuaria) francés, determinó en 2005 que a consecuencia del calentamiento global, para el 2030 la región de Alsacia tendrá una temperatura similar a la que actualmente tenía Lyon en 1972, más de 200 kilómetros al sur y tres décadas después la misma que en la actualidad tiene Montpellier, en la costa Mediterránea y a su vez más de 200 kilómetros al sur. Datos que pueden analogizarse a las observaciones en terreno que Parra tuvo en 2003: “en la cosecha de ese año y en términos de frescura y acidez, los vinos de Borgoña parecían californianos y los de Champaña se asemejaban a los borgoñeses”, cuenta.

Hay que tomar en cuenta que estas variaciones se tornan más evidentes en los vinos finos, mientras en los caldos más sencillos esas diferencias son prácticamente imperceptibles. Pero la tendencia está hacia el norte claramente y con mayor fuerza y en las próximas décadas habrá que hacerle espacio a banderas que nunca han ostentado protagonismo en ferias viñateras: Polonia, Holanda, Dinamarca y Suecia han pedido licencia a la Unión Europea para cultivar vino y son varios los productores alemanes ya plantaron en Noruega. Asimismo, los germanos piensan en Escandinavia para producir vinos de fama internacional como el Eisenwein, vino dulce que necesita de al menos -7ºC para desarrollarse, cosa que actualmente cuesta lograr en esa parte del continente. A cambio, piensan en Cabernet Sauvignon y Merlot para suplirlo.

Estados Unidos tuvo su verano más caluroso de los últimos 150 años, y la industria sondea nuevas tierras en sus límites norte. Oregon posee zonas vitivinícolas reconocidas, mientras se prospecta a Washington o Minessota como candidatas a áreas vinateras cuando lugares como Napa Valley dejen de ser aptas para, al menos, cepajes que requieran frescura.


En clave agua

Los más optimistas creen que la temperatura en promedio del planeta subirá unos 2ºC promedio al 31 de diciembre de 2099. Los pesimistas triplican esa cifra. Para efectos prácticos, cepas como Pinot Noir, Sauvignon Blanc o Chardonnay deberán mudarse a climas más frescos. A no ser que se busque cambiar el gusto del público “cosa que sería demasiado fácil”, comenta Pedro Parra, concordando en aquello con Miguel Torres, quizá el productor español más connotado a nivel internacional: “No contemplamos de momento esta posibilidad. Pensamos que durante los próximos 20 a 30 años mantener el nivel de calidad en nuestros vinos”. De todos modos, ese camino está a la vuelta de la esquina.

En España el tema preocupa, tanto que la casa Torres realizó una investigación para determinar qué pasará con la viticultura en Cataluña. “Se indicó que muchas de las actuales zonas templadas pasaran a cálidas y otras de frías a templadas”, dice. Algo de soslayo pone en entredicho varias zonas donde actualmente producen. Su estrategia es a mediano plazo, plantando a resguardo de los espacios cálidos, trasladando algunos de sus viñedos más al norte, a los pies de los Pirineos donde el clima de montaña crea un efecto refrescante. Es “Pienso que las regiones próximas al mar, es decir tanto el Mediterráneo como el Atlántico siempre tendremos una cierta ventaja por el efecto refrescante de los océanos”, explica Miguel Torres.

Otro punto crítico será la escasez de agua “En los actuales viñedos se ha emprendido una política tendente a encontrar acuíferos. Se hacen sondeos buscando pozos y cuando ello no es posible, en los viñedos de montaña o de zonas de ladera, se construyen balsas para recoger el agua de lluvia. Hay que tener presente que el 95% de nuestros viñedos en la actualidad no se riegan porque en verano, al revés de Chile, tenemos algunas lluvias. En el futuro confiamos poder regar la mayoría de los viñedos”, dice.



En Chile, alto y a los costados

El calor es responsable de maduración en cualquier fruta, incentivando a la producción de azúcares, los que en el caso de la uva aportarán cuerpo al vino por medio de un mayor o menor volumen alcohólico. El exceso térmico acelera esos procesos a nivel de metabolismo primario, es decir, tiende a sobremadurar la pulpa antes que el hollejo y la pepa. Resultado: vinos más alcohólicos y menos frescos, dependiendo de la cepa obviamente.

Según datos aportados por Gregory Jones, investigador de la Southern Oregon University, la depresión intermedia chilena será la más región local más afectada con el alza de las temperaturas globales. No deja de inquietar: el calor incide en el aumento de plagas y tiende a la sequía para un área de por sí poco dada a la humedad. Complejo en un país donde se requiere riego sí o sí para alcanzar cualquier cosecha exitosa. Así las cosas, para los futuros viñateros la tarea de pensar qué plantar y dónde, se hace esencial para garantizar la viabilidad agrícola de un emprendimiento. A eso precisamente se dedica Pedro Parra, quien reparte sus días como asesor de terroir, ya sea para nuevas plantaciones o para corregir las que no son aptas para determinados tipos de suelo o clima.

Para él es efectivo que el alza de temperaturas promedio golpeará sobre todo al valle central, pero hay contrapesos que moderarán esos efectos: “a nivel general, tenemos la suerte de contar con el influjo cordillerano, tanto de Los Andes como de La Costa, además de contar con el litoral como moderador de temperatura. Hay que pensar que las mayores variaciones térmicas se dan desde la cordillera a la costa y no de norte a sur. Te pongo un ejemplo: los días de cosecha en la parte cálida de Limarí es casi igual a la de Cauquenes, a más de 400 kilómetros al sur”, cuenta.

¿Más al sur? Emprendimientos hay, como el de Viña Momberg, instalada de manera casi experimental en Osorno. Sin embargo Torres advierte que el terroir es más que sol y temperatura: “hay que tomar en cuenta el terreno y la pluviometría. De todos modos y a modo de ejercicio simple, cualquier terreno que no tenga tierras negras (fértiles) y bajo nivel de lluvias es potencialmente apto para la viticultura de calidad”. La altura, también aporta resguardo, de la misma forma que en España o en el Maipo Alto del Chile Central. En ese sentido, el profesional trabaja desarrollando en Elqui, IV Región, un proyecto con vides sobre los 2.000 metros sobre el nivel, imitando en cierta medida el modelo argentino de vino de altura. Siempre pensando que a la larga, en lo restante del siglo, calidez tal vez no sea la mejor palabra en lo que a agricultura se refiere.

17-04-2008

Brick (Hotel Radisson): Gourmet, pero a los chispazos

La promesa de comida de alto vuelo apareció sólo a cuentagotas, entre turbulencias propias de una mala noche. Algo bien riesgoso para un sitio cinco estrellas, donde se espera talento pero también regularidad.


Era una noche para ir a la segura. Brick es la cara gastronómica de hotel Radisson, cuentan con chef de renombre desde hace varios meses (Franck Dieudonné, ex Opera) y posee todo ese arsenal de detalles anexos que permiten ubicarlo dentro de la categoría gourmet santiaguina: manteles y copas largas, sommelier a la mesa, pianista, una cuidada penumbra que resaltó su ambiente inspirado en una cava de vinos, comodidad de espacio y cordialidad del servicio. Pero no fue una jornada para recordar; más bien lo contrario. Se dieron los pasos en falso del que quizá fue un día flojo, de esos que a cualquiera le pueden pasar. Sólo que en un sitio cinco estrellas se notan mucho. Demasiado.

Partimos bien. La Fina Tartaleta de Verduras ($ 5.800) era precisamente eso: un mix de verduras rebosante de colores, variadas texturas al gusto y sabores vegetales intensos y frescos (zanahorias, berenjenas), acompañados de un pesto notablemente hermanado al resto de los ingredientes. Pero al mismo tiempo llegaron seis microbrochetas de avestruz grillada, más una salsa satay tenue (quizá para equilibrarla con el poco gusto del ave) que parecían llegadas de otro restaurante. Baja intensidad en boca y gusto a poco para los $ 7.500 que vale. Sugerencia: otra carne y por favor, unos gramos más al plato.

De fondo, la escena repetida. Por un lado la Trilogía de Aves ($ 9.800) fue puro entretenimiento, con esa mezcla entre toques ahumados y balsámicos aplicada a una pechuga de pollo, trozos de codorniz y magret de pato -un poco frío-. De otro, la delicadeza en el planchado del Turbot ($ 11.600) resaltó frente a su guarnición. El gran problema: la paella estilo risotto no era ni lo uno (en intensidad) ni lo otro (granos demasiado duros y poco amalgamados entre sí). Una indefinición que arrastró al limbo al plato completo. La zona dulce tampoco estuvo ausente de turbulencias, porque el Crujiente de Manzanas ($ 3.800) llegó frío; sólo el helado de harina tostada que le acompañaba puso el matiz curioso y sabroso. Otro dato: más cuidado en el vino por copas (llegó un pinot noir de aromas muy abiertos y con más temperatura de lo ideal) y ante todo, concentración en lo que a regularidad respecta. Bajar la guardia en eso puede costar demasiado.

Dirección: Vitacura 2610
Teléfono: 2036000
Horario: lu. a do. almuerzo y cena
Consumo promedio: $ 30.000
Calificación: 4,5

16-04-2008

La Hacienda Gaucha: un crack de la carne

Se come abundante (mucho) y conveniente al bolsilo; pero también el tiempo ha refinado su saber hacer parrillero, hasta convertirse en uno de los pesos pesados del estilo en toda la ciudad.


Tratándose de carnes, no hay muchas más variables por considerar que un buen animal y la experticia de las manos que mecen la parrilla. Como si se tratara de un lento asado a la leña, La Hacienda Gaucha ha ido afinado ambos elementos a punta de entrenamiento diario, hasta llegar a una realidad tan sana y rechoncha como sus cortes de vacuno, cerdo y cordero. Dato uno: jamás serán cicateros en sus platos. Dato dos: tampoco cargarán a la cuenta esa propensión al gigantismo de este local que funciona a dos niveles, con espacios claros y cómodos (sobre todo para grandes grupos). Cosas que valen mucho, tomando en cuenta la calidad de sus preparaciones, que lo elevan como uno de los grandes del estilo, en Santiago y alrededores

Ejemplo: en muchos otros sitios y por tamaño, la porción de Entrañas ($ 3.690) lo servirían como plato de fondo y no como entrada. Tres trozos brillantes y jugosos, ofrecían algo de resistencia pero vaya qué sabor tierno y graso. Ahora, yendo hacia gustos aún más intensos, lanzarse de lleno a la Picada La Hacienda ($ 2.990) significa una tabla caliente rebosante de mollejas crocantes, riñones blandísimos y grillados casi vuelta y vuelta, más una longaniza blanca de primera chisporroteando en primera fila. Simplemente, de culto.

Los clientes primero reaccionan con sorpresa y luego con una mueca de gusto y agradecimiento. Es que si lo anterior era grande, los fondos suben la apuesta. Dos porciones de Asado de Tira ($ 4.090) generosas en grosor, a punto y con ese saborcito que sólo la carne pegada al hueso puede dar. Era un efecto de luz quizá, pero el Lomo Liso ($ 4.190) brillaba de jugoso, a la temperatura justa y una blandura que no necesitaba de cuchillo para el corte. Fuera de la grilla, la Paletilla de Cordero ($ 5.690) alcanzaba fácil para dos personas, demostrando de paso, que allí hay cintura de para otras preparaciones off vacuno.

Otros plus: la ensalada Chilena ($ 1.290) abundante en ají está a tono con lo que rodea a la carne, fuera de una carta de vinos bastante aterrizada en precios y un servicio atento y amable que sólo vino a resaltar la actual condición de La Hacienda: la de un crack de la carne

Dirección: Vicuña Mackenna 35
Teléfono: 6656038
Horario: Lu. a sá. almuerzo y cena. Do. sólo almuerzo
Consumo promedio: $ 10.000
Calificación: 6

Publicado en La Tercera, 11 de abril de 2008

03-04-2008

Lokos por el Mar: el rincón marino del momento

Simple, sin pretensiones y marino casi hasta la médula. Uno de los muy pocos sitios donde el aire costero pega tan fuerte y fresco en medio de la ciudad.


Hasta hace un par de meses no parecía restaurante; Lokos por el Mar más bien era la colorinche extensión de un comedor de casa abierto a público por esas cosas de la necesidad. Ese aire de cierta forma se mantiente, pero bastante más desahogado; porque la pieza extra que agregaron descongestiona y a la vez aporta un justo toque de intimidad para esta esquina teñida de sabores marinos.

Un bistró de pescados de los que debería haber por docenas repartidos en los barrios santiaguinos y que por esas cosas de la escasez se cuentan con los dedos de la mano fuera de los mercados. Pero ese es otro tema, lo que importa allí es que el sitio está y va in crescendo. Promete.

De la cocina sale lo anotado en el pizarrón y lo escrito vale bastante. Porque el producto es de calidad (ojo del chef al escoger) y las preparaciones son de esas que gustan por simples, resaltadas por la mano que las terminó en cocina y por precios que –de momento- rozan con los de una picada. De entrada, un Pulpo al Olivo ($ 4.990) de carne morada, vivaz y blanda hasta la última ventosa, acompañada de una salsa suave, peruana-achilenada si se quiere, pero como esto es Providencia, funciona. El Cebiche de Reineta ($ 3.690) iba en ese mismo tono de sabor: carne firme cortada en dados grandes que resaltaban entre una cebolla fina y sazón fina, poco picante y más bien cítrica. Como buscando seducir al chileno medio por el camino de la suavidad.


¿Es efectivamente así? Todo el rato. El Pastel de Jaiba ($ 3.690) era más bien menudo pero de carne abundante y con una deliciosa sazón de baja intensidad que sólo resaltó el gusto de producto. La delicadeza de la Merluza Austral con Verduras Salteadas ($ 4.980) también recorrió ese camino. Hay carta, pero además menú ($ 2.690) y a juzgar por la plateada delgadita pero blanda y bien bañada en su caldo, las cosas resultan por poca plata. Pareciera que todo es armonía en Lokos por el mar, como el delicioso Tiramisú ($ 1.990) o incluso lo que no tiene: buen pan para la mesa, una buena selección de vinos y cervezas para maridar o un servicio que posee ese ángel de la cortesía, pero que mantiene un déficit atencional casi clínico a la hora de organizar pedidos y comandas.

Como sea, manteniendo esa mano la vocación por ir directo al grano con producto de primera, Lokos por el Mar sólo le queda navegar con viento en popa.

Dirección: Román Díaz 965 (esq. Alferez Real)
Teléfono: 2363833
Horario: Mi. a sá. almuerzo y cena
Consumo promedio: $ 9.000
Calificación: 6


Mi libro

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