28-07-2009

COMENTARIO CERVECERO: Schöfferhofer Dunkles Hefeweizen

Dunkel, quiere decir en alemán oscura. Hefeweizen, significa de trigo. Un producto de la marca Schöefrhofer cuya particularidad está en ser la primera cerveza del estilo hecha fuera de Bavaria (sur alemán) y que recientemente llega a Chile a fortalecer un segmento que poco a poco va ganando adeptos fuera de la colonia.

A saber: Posee, un color marrón oscuro con señas de turbidez, más una abundante espuma de matices claros, ligeramente beige y persistente en la copa. En términos de aroma, ofrece notas especiadas como a clavo de olor y canela, en segundo plano resaltan matices florales y a fruta cocida (membrillos). En boca la primera sensación es de dulzor fresco, que luego muta a sabores metalizados análogos al clavo, luego a toques de malta, para finalmente lucir una nota amarga que se acrecienta en la garganta. Su cuerpo más bien ligero le otorga credenciales de frescura, a un producto de grata complejidad, que se perfila como uno de los buenos debutantes extranjeros de la temporada cervecera 2009

Origen: Alemania
Vol: 5%
Dónde conseguirla: supermercados, bares, restaurantes
Precio referencia: $ 800

COMENTARIO RESTAURANTE. Bar Austral: bello barrio en potencia

Atractivo como pocos lugares del viejo Santiago, con arrestos cosmopolitas y una carta donde lo marino es protagonista, se perfila como un sitio donde, reforzando su cocina, pueden ocurrir cosas muy interesantes.

Está en uno de esos escasos lugares santiaguinos, con la virtud de trasladar a sus visitantes a cualquier parte del mundo. Al menos, a lugares donde existe conciencia respecto a lo bueno que entrega una construcción clásica remozada, en términos de personalidad urbana. En ese sentido y parafaseando a Parra, en Bar Austral (y sus dos locales vecinos), la identidad patrimonial y la onda, unidas, jamás serán vencidas. Esa esquina de Maturana con Catedral, a pasos de la plaza Brasil y del Metro Cumming, ofrece una blanca e impecable unidad visual, reforzada con buenas vitrinas a la calle, techos altos y una vereda que invita –por cierto, en mejores días- a sacar mesas a la calle y tomarle el pulso al barrio.

Por dentro, su interiorismo sugiere tímidamente el mar, algo compensado por agradables recovecos y claroscuros que invitan a la intimidad. Vaya que luce. Su condición de bar se reafirma mediante una extensa lista de tragos -sólo en sours suman 13 variedades-, otra nutrida lista de vinos y 300 etiquetas de cerveza, muchas de ellas heredadas del anterior negocio: la ex cervecería más completa de Santiago. O sea su continuidad bohemia permanece, ahora reforzada por una carta de platos, acotada y costera: con seis tipos de cebiches, otra media docena de entremeses y ocho platos de fondo.

Quizá concordando con sus -aún- leves arrestos marinos, su cocina dio pie para pensar que aún les falta trecho para consolidarse. Sus fortalezas se hermanaron con las entradas: simples, directas, sabrosas. Por estos días ofrecen un festival dedicado al loco y sus cuatro Empanadas Fritas ($ 5.000), de masa consistente y crujiente, bien rellenas de dados blandos del molusco y apenas aderezada de queso, invitan a ir por ellas una y otra vez. Los Ostiones a la Parmesana ($ 7.500), de buen tamaño y un sabor que no se escondió nunca tras el parejo gratinado del queso, cumplieron a sin tacha, aunque un montaje más ordenado le haría honor al entorno. En los fondos, un Pastel de Jaiba ($ 6.500) dio el tono en sabor y consistencia, pero más bien a queso y pan que a crustáceo. O le ponen más jaiba o se cambian a ‘Pastel de Queso’, una de dos. Dentro de la carta especial, los Canelones Rellenos con Locos ($ 6.500), de pasta gruesa, una excesiva cantidad de leche y crema, más un relleno escaso, rebajaron el ímpetu por su cartelera especial (doce platos más dos promociones de menú). A modo de consuelo visual, las mesas vecinas mostraron porciones de Locos a la Orden ($ 7.000) despampanantes. Como para inclinarse por ese lado.

Pero salidas de libreto aparte ¿Por qué ir? Sumando sus virtudes en el área de los bocadillos más simples, su amplia selección cervecera ($ 3.000 las chilenas artesanales y de $ 5.000 a $ 12.000 las importadas); un servicio atinado en esmero y cortesía, más su virtuosa ambientación, Bar Austral cuenta con pasta para pasar una velada agradable, bajo los códigos de un bar de ciudad. Con más pulso en la cocina, tanto mejor.

Dirección: Catedral 2201, esquina Maturana, Santiago Centro
Teléfono: 6715217
Horario: lunes a domingo de 10.30 a 01.00 horas
Consumo promedio: $ 12.000
Calificación: 5

COMENTARIO RESTAURANTE. Oda Pacífico: otro mar, otro Valparaíso

Fuera del circuito típico de restaurantes, con una vista notable y una cocina marina que luce por variedad y buen trato al producto, resalta como una de las nuevas e interesantes opciones culinarias para el visitante asiduo al puerto.

“Lo que observa es la mitad de la bahía” indica el garzón en tono solemne. En efecto, la zona portuaria completa, el plan de Valparaíso y algunos retazos del borde costero viñamarino, lucen bajo la terraza de Oda Pacífico. Es en ese momento donde surge el amor visual inmediato; el primer y bien condimentado abrebocas para un visitante, de seguro desprevenido ante ese moderno comedor para 140 personas, con vista asegurada, puesto en el tranquilo Cerro Florida. Un lugar tan distinto a la glamorosa y transitada área patrimonial de los cerros Alegre y Concepción. Ok, tampoco está tan aislado del mundo turístico: se ubica a unas pocas cuadras de La Sebastiana, la casa de Neruda, pero no por eso debe subestimarse como apuesta. Una de las más fuertes hechas en pos del puerto y su cocina marina.

Sus dueños fuera de jugados, son distribuidores de productos marinos, lo que implica seguridad en la provisión de una quincena de pescados chilenos y extranjeros, sin contar los mariscos. El pequeño trozo de ventresca de atún de cortesía, graso, suave y raro en mesas locales, ayudó a comprobarlo. Pero no sólo hay variedad, sino también corrección en sus platos y algunos momentos sublimes. El Camarón Apanado y Pebre de Papaya y Piña ($ 5.200), por ejemplo; ejemplares de buen tamaño, fritura impecable en coco picado –no rallado- que garantizó un tono crispy que jugó muy bien con una sazón de agridulce fino y fresco. Más frío pero igual de vivaz el Cebiche del Océano Pacífico ($ 4.200), contó con una consistente carne de Vilagay (pescado de roca) marinada a la minuta, ostiones bien limpios y camarones que si hubieran estado ciento por ciento limpios, hubieran hecho mejor compañía.

De seguro en otras ocasiones sale perfecto, pero el Pulpo Grillado acompañado de Papas Suflé ($ 7.500), uno de los platos con cartel en este lugar, llegó elástico aunque lo salvaba su buena sazón. Tarea para la casa. Por su parte, al Congrio a la Putanesca sobre terrina de vegetales ($ 8.900) le sobraron unas cuantas alcaparras, pero la porción estaba a punto, a buen tamaño y como para volver a pedirlo nuevamente. En suma, una carta de platos con aire moderno, pero sin demasiados aspavientos en salseos ni mezclas confusas. Una cocina bien plantada en eso de resaltar el producto base de la receta. Aquello se extiende a postres como el Cheesecake de Nutella con Salsa de Frutilla ($ 4.900) y Panacota de Azafrán Sobre Coulis de Frutos Rojos ($ 3.900) sencillos y sin tacha.

Aún se le puede considerar como un sitio nuevo, por eso agrada lo bien instalados que están en términos de servicio: atentos, informados –salvo en los vinos en copa, que a todo esto, podrían ser más- y haciendo buenos relevos a la hora de poner los platos a la mesa. De los detalles, una carta mohosa no le hace un gran favor a la sugerente arquitectura del lugar, restándole puntos a un lugar que en domingo luce entusiasta en forma y fondo. Como para conocerlo, apreciarlo y de seguro, volver a sentarse a mirar el puerto desde sus mesas.

Dirección: Condor 35, Cerro Florida, Valparaíso
Teléfono: (32) 2238836 y (09) 3197726
Horario: Ma. a do. De 12.00 a 16.00. Ju. a sá. De 20.00 a 00.00 horas.
Consumo promedio: $ 15.000
Calificación: 5,5

14-07-2009

Adelanto de Bourdain en Chile



http://www.youtube.com/watch?v=aR_LncmNH5U&feature=PlayList&p=650989F35950D781&index=0

Lo Saqué del Facebook de Pancho Araya (nobleza obliga revelar la fuente): el link con la previa del capítulo chileno de No Reservations. El pedazo de la visita a Viña del Mar, donde se come un completo de esos XL del Sibarítico. Como para aprontarse a lo que van a mostrar.



APARECIO WAIN 8


En esta edición:

Gallina Ciega: Cata de Malbec
Wuarisnaque: Oporto
Espina Dorsal: La vieja (el pez)
Sánguche: Mr. Jack, sánguche ABClais
Yon Wain: Bar Duke's
Cocina Molecular: Cuático, Cuático.
Restowain: El ciudadano
Cepa Moya: Assemblages

Ojo, gran novedad: AHORA A $ 1.500 (luca y media)


13-07-2009

COMENTARIO RESTAURANTE: El Cid, orgullosamente clásico

La vigencia de un estilo va junto a la excelencia de sus intérpretes. En ese restaurante de Hotel Sheraton se remiten a la tradición versión cinco estrellas, gracias a un chef que produce excelencia a través de esa vía.


Se remozó por completo hace algunos meses. Los vuelos en las cortinas y tapizados oscuros dieron paso a la luz ambiente, a una pequeña y funcional terraza -difícil de usar en días invernales- y a un espacio donde en general, la profusión de detalles retrocedió ante la limpieza visual, sin perder un ápice de elegancia. El interiorismo de El Cid, el principal restaurante de Hotel Sheraton, versión 2009 se inclina por el menos es más; manteniendo por cierto, las cualidades que lo tienen hace décadas en las alturas culinarias capitalinas: un servicio como pocos, pulido en la escuela de la amabilidad y la precisión hotelera de alta gama. Formalidad de fina estampa complementada a una cocina cuyo cuño clásico es difícil de hallar en otro lado. Al menos bajo esos parámetros de excelencia.

Si prestancia quiere decir frescura, partamos por un Pisco Sour ($ 4.100) a la chilena sin goma y con limón criollo. Notable. Luego, se sugiere avanzar por la Degustación de Mariscos Chilenos ($ 12.200). Ostras filosas de tanto poder yodado, camarones chilenos finamente aderezados, machas tan blandas que su textura es sedosa y una pinza de centolla que no parece pescada a 3.000 kilómetros de distancia, sino a sacada a orillas del mar. Pequeña para el precio, impecable en su presentación. Los Agnolotti Rellenos de Pierna de Pato Braseado y Queso Grana Padano ($ 6.200), con vincotto –vino cocido italiano- balsámico y salsa de foie gras, que aportaron un profundo toque agridulce a una pasta por desgracia poco firme, pero que logró resaltar una de las características de su chef Josep Gander: su abundante uso de ingredientes, resaltándolos todos sin perder el foco del producto principal. Como un veterano equilibrista de sabores.

Hubo pequeñas turbulencias, como Syrah en copa ($ 3.000) pasado y que tuvo que reemplazarse eso sí, bajo la atenta mirada del servicio que enmendó la plana de inmediato para pasar a los platos de fondo. Ahí, el tamaño del Filete de Lenguado Salteado a Punto y en Aceite de Oliva ($ 14.200) sorprendió, pero también su cocción acorde a la delicadeza de este pescado, complementado de un salseo de mariscos de ligera untuosidad. Las variantes culinarias de Gander siguen y seguirán por la vereda del tradicionalismo gourmet, de salsas clásicas, hartos elementos en el plato, preparados con una meticulosidad que le garantiza vigencia. Así se vio en el Filete Grillado ($ 12.200), rodeado de cortes de vegetales a punto, acompañados de una salsa bernesa real: suave, cremosa y de elegante acidez. La Copa Nórdica ($ 4.500) de postre, mousse de queso con una capa de streusel –masa crocante- volvió reafirmar los preceptos de un estilo tradicional a concho, que en este hotel se encuentra a buen resguardo.

Dirección: Av. Santa María 1742, Providencia.
Teléfono: 7070000
Horario: lunes a domingo, almuerzo y cena
Consumo promedio: $ 30.000
Calificación: 6,5

10-07-2009

HOY PARTE MI EXPO UNOCOME/UNOMIRA


Lugar: Acceso Auditorio Universidad Tecnológica Inacap Valparaíso
Dirección: Avenida España 2250 (Sector Caleta Portales)
Hasta mediados de agosto

La espera –curiosa, ansiosa- ante una cena en apariencia elegante; o el halo de infinita dignidad irradiado por quien prepara la masa para la empanada del día. Situaciones que desbordan el mero acto de comer o si se quiere, un aura no siempre perceptible al ojo común respecto de lo cotidiano en las mesas públicas. Unocome/Unomira hace una aproximación en tal sentido, retratando eventos desde una perspectiva de testigo-reportero, mediante el disparo discreto de una cámara, en ocasiones una pocket de aficionados. Aquel detalle tributa al aporte de la fotografía digital como elemento clave para la democratización de la mirada. Pero volviendo a la idea anterior, la exposición pretende aportar argumentos visuales a favor de una de las máximas propias de quien reflexiona más allá de la mera alimentación: uno es lo que come y bebe.

En esta oportunidad la mirada engloba el acto de alimentarse. El trabajo fotográfico de Valparaíso a la Mesa, guía gastronómica del puerto editada en 2008 por Planeta Chile, permitió extender la gama de imágenes de esta muestra, a una ciudad que siempre tendrá un especial magnetismo para con la cámara. Que siempre ofrecerá una cara interesante para las intenciones del curioso que pasea por sus calles en busca de la toma deseada.

06-07-2009

COMENTARIO RESTAURANTE. Café Ristorante Armani: de corte italiano clásico

Una cocina sorprendente no por ofrecer una postura moderna, sino por hacerse cargo de un recetario tradicional italiano de punta a cabo. Una actitud retro que llama la atención y que por calidad, encanta.


Si se extrapola la idea culinaria de Armani respecto a su propuesta de moda, su novísimo café restaurante busca imponer la onda retro. O al menos una visión donde la tradición y la búsqueda del protagonismo del producto por sobre la preparación es lo que se lleva. En apariencia, ofrecer platos típicos-típicos peninsulares sugiere una contradicción, respecto al moderno y funcional espacio que ocupan en Alonso de Córdova, ahora controlado por los mismos socios chilenos de Astrid y Gastón y La Mar (sin Gastón Acurio por cierto). Pero si se piensa que tal impronta de tipicidad viene del deseo del propio Giorgio Armani, y que desde hace rato en Italia se vive un revival culinario que mira a la comida de la nonna, lo que aparece en carta cobra un especial sentido de actualidad.

La tradición se remite a las raíces milanesas de este emporio del buen vestir, contando con platos sin mayores vuelos estéticos, concentrándose sólo en lo que el sabor de un plato de comida preparado con respeto por los productos puede llegar a ofrecer. Un desafío bien logrado por la franquicia santiaguina de la firma. La excelsa –sin exagerar- suavidad anisada del Flan de Hinojo y Zapallo Italiano ($ 5.700), tanto en su textura como en la sutileza de su sabor, comprueba por medio de este antipasto, que el recetario regional del norte de ese país, tan amplio y universal a la vez, deja bastante espacio para sorprender. Esa misma clave de suavidad puede encontrarse en el Bacalao en Leche y Apanado con Ensalada Mixta ($ 6.900), de crocante magnífico y de agradable ligereza al paladar.

En el área pasta, producto al dente: firme y sabroso. Al menos esa sensación dejó el Casoncelli ($ 7.800) una suerte de caluga grande de masa, rellena de carne de ternera y cubierta de una salsa de castaña. Puro sabor, pura calidez. En tanto, si no hubiera sido por el excesivo punto de sal del Risotto al Azafrán ($ 7.400), hubiera caído dentro de los manuales de estilo a la hora de hacer arroz a la italiana. El valor del producto se hizo presente tanto en la Chuleta de Ternera a la Milanesa ($ 11.800), blandísima y crocante, como en unas Costillas de Cordero ($ 12.800) deshuesadas y rellenas con queso provola, donde lo que se llevó todos los aplausos fue su guarnición de radiccio entero sutilmente grillado. Una delicia en frescura y amargor de forma simultánea.

Una ambientación limpia, cómoda, de riguroso gris y negro, iluminación abundante y agradable, más un constante bombardeo de música electrónica italiana, refuerza su aura sofisticada extendida a la tienda vecina. Ahí luce la habilidad del sommelier a la hora de ofrecer 70 etiquetas de vino tanto chileno como italiano –un agradable rosso di Montalcino-, como también una zona de postres impecable en su ligereza -Tiramisú ($ 4.200)- como respetuosa de la naturaleza de la receta -Panacotta ($ 4.200)-, en un sitio donde la tradición se viste de gala y mira hacia adelante.

Dirección: Alonso de Córdova 3083, Vitacura.
Teléfono: 9194795
Horario: lu. a do. almuerzo y cena
Consumo promedio: $ 20.000
Calificación: 6

Mi libro

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Valparaíso a la Mesa, reúne las 47 mejores opciones para comer en toda la ciudad con más personalidad de Chile. Disponible en librerías de Santiago y V Región.

Asado de tira

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Asesino ¿No?