Sabores campestres con esencia alemana, circunspecta amabilidad y ambiente clásico. Tres paradigmas para una propuesta sutil y agradable.
Se identifica a los cuatro vientos como lugar clásico. Y si, Tante Marlene lo es. Partiendo por su ubicación en una venerable casona, que entrega el toque old fashion y un aura de tranquilidad. Hay servicio sencillo y ambiente familiar, con el dueño de casa como anfitrión circunspecto y afable. Si a eso se suma una selección de sabores sutilmente campestres, de esencia germana y guiños culinarios a sus vecinos franceses o húngaros por ejemplo, crea un enclave peculiar, agradable.
Mucha de la cocina alemana es de larga cocción que redunda en sabores suaves y definidos más que contundentes. Hacerse de un Tapapecho Encurtido ($ 6.500) significa gozar de una porción respetables de carne blanda y desgrasada, ricamente macerada. Ese cuidado se repitió en otro plato de elegancia sutil, la Salchicha Blanca Muniquesa ($ 5.500) con Mermelada de Cebolla aportando el toque agridulce y los Spaztle ($ 1.200), fideos tan cortos y rústicos como gustosamente salteados, a modo de guarnición. Otro que no se puede soslayar: Lomo Kassler ($ 7.600) y su grato toque ahumado.
Las cruzas con otros países van desde el goulash húngaro al queso Camembert Fundido con Salsa de Arándanos y Grosellas ($ 4.500), de sabor potente –quizá menos derretido mejor- y que mira a la Alsacia francesa. Como entrante funciona, pero mucho mejor Tártaro ($ 6.000), impecable en su mezcla de carne y pepinillos dulces o el Kuchen de Cebolla ($ 3.200) de dulzor sutil y que puntúa bien incluso como postre. En la zona dulce-dulce, el Kuchen de Frutas ($ 2.000) destacó por su frescura ¿Vino? Sí, una selección precisa, aunque una chance a las cervezas (chilenas y alemanas) no es mala carta. La tradición lo amerita.
Dirección: Miguel Claro 1802
Teléfono: 7619043
Horario: lunes a domingo de 13.00 a 16.00. Martes a sábado de 19.00 a 00.00 hras
Consumo promedio: $ 13.000
Calificación: 6
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