Tiene claridad ambiental, tiene onda de barrio, precios al alcance de cualquier mortal y una puesta en escena cuyo orden se guía por el sentimiento japonés, pero en el fondo es una picada para el santiaguino promedio, pero con otro acento. El servicio, rápido, expedito sin mayores aspavientos, que sabe reconocer a sus parroquianos -muchos-, y que funciona al ritmo del lugar. Su cocina, aparte de algunos pequeños preciosismos -a ojos de occidental-, es de una sencillez que permite ir a diario y no aburrirse, donde juega bien con sus opciones frías y mucho mejor en las calientes, por sabrosas y abundantes. Resumiendo, uno de los puntos altos del buen comer en el centro, independiente de su estilo.
Dirección: Monjitas 460, Santiago Centro.
Teléfono: 6382448
Nota: a este restaurante se asistió por medios propios.
Atsuage Tofu ($ 2.300) tofu frito con cebollín y virutas de pescado. Una delicia simple y delicada, para salir de la lógica del sushi. |
Cortes de salmón, corvina, reineta y rollizo. Cuatro variedades precisas y concisas, que a ese precio ($ 5.400) saben a ganga. |
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