26-01-2009

COMENTARIO RESTAURANTE: Silverius, zona de negocios

En El Golf, replica a esos antiguos restaurantes del centro, donde los hombres de negocios cerraban tratos con platos respetables en porte, sencillos y sabrosos. Todo ese ritual se reitera en general, bajo una rejuvenecida óptica siglo XXI.

Silverius, bajo perfil a primera vista, pero en constante movimiento; el de personajes típicos de la fauna del barrio El Golf. Al menos los de la parte más alta de la pirámide social. O sea, un político de alto tonelaje junto a un acompañante con pinta de operador de su sector, un distendido alto ejecutivo disfrutando de la que debe ser su mesa preferida, o un grupo discutiendo negocios en los rincones más discretos de este restaurante, que pareciera diseñado para tales menesteres: mobiliario cómodo en blanco y negro, claridad ambiente, buenos espacios para que todos se muevan con soltura, aire acondicionado en la medida precisa. Cualidades fundidas con propuesta de matices internacionales que calza con lo entendible por business restaurant. Guardando las distancias de tiempo y espacio, una suerte de Jockey Club versión siglo XXI, menos pretencioso y más distendido que aquel extinto e histórico local.

Eso quiere decir, platos respetables en términos de tamaño; comida en esencia simple, con sus respectivos artilugios –montajes, ingredientes exóticos- como para sorprender un poco, sin llegar a ser un portento de experimentación. Lo que se llama ir a la segura pero con estilo, algo simple pero no fácil. Lo del buen porte en los platos se evidenció en la partida, en el Cebiche Silverius ($ 4.800), grandes dados de pulpo y salmón que resaltaba más bien por la frescura del producto que por una sazón particularmente sabrosa. Correcto, pero podría expresarse un poco más. Luego la Escalivada de Vegetales con Huevo Asado y Queso de Cabra ($ 3.500) llegó sin el mentado queso –el garzón avisó oportunamente- pero funcionaba hasta como plato de fondo.

Hay bastante carne en la carta, manifestada en opciones de caza y cortes vacunos tanto finos (filete), como de matices nacionales del tipo Plateada ($ 6.200) con Papas Buey –asadas en una mezcla de especias y luego fritas- que finalmente fue la perfecta mezcla entre sabor criollo y contundencia como para irse luego a la siesta. A la postre, lo que se espera de este tipo de platos. Lo que se avanzó en la carne se perdió en el pescado, porque el Mahi Mahi con Risotto de Zapallo Caramelizado (6.500) fue una pieza reseca sobre un arroz sin el punto adecuado, grumoso y con un dulzor con cero matiz agridulce. Reset, por favor.

Dicen que de noche no se mueve tanto, pero cualquiera que pase por ahí después de happy hour, debería. Por infraestructura, una atención de mozos avezados y –gran detalle- por una carta de vinos más que ventajosa en términos de precios y variedad. Un grato negocio en horario vespertino, donde puede que brille más la selección de piqueos españolados como los Porotos con Machas ($ 3.600) y Pimientos de Piquillo Rellenos ($ 4.100), parte de una propuesta interesante en su sobriedad y de agradable sabor de boca, finalmente.

Dirección: Isidora Goyenechea 3215, Las Condes
Teléfono: 2317879 y 2317890
Horario: Lunes a viernes de 12.00 a 16.00 y de 19.00 a 23.30 horas. Sábado sólo almuerzo.
Consumo promedio: $ 15.000
Calificación: 5,5

23-01-2009

COMENTARIO DE RESTAURANTE. Veta: el otro campo

Cocina con matices franceses y norteamericanos, en un campestre ambiente de bistró y en plena zona huasa de Santa Cruz. Un sitio que refuerza a Colchagua, como punto culinario de respeto fuera de la capital.

A veces, sin hacer grandes alardes culinarios se puede vivir un gran momento o viceversa; en el sitio donde uno menos se lo espera, aparecen esos bocados dignos de atesorarse en la memoria. La segunda alternativa corresponde a la lógica con que se mide una buena picada. La primera opción, es la que explota Veta, el vecino más nuevo de una ciudad como Santa Cruz, que poco a poco y a punta de sus atractivos vitivinícolas y sus derivados, despunta como centro culinario de respeto a nivel nacional.

Atrae tanto por el entorno como por su propuesta culinaria. Se encuentra dentro del radio urbano, en una viña (La Posada) con aire tradicional a la que se puede llegar a pie desde la Plaza de Armas, sin cansarse ni ruborizarse demasiado. El comedor típico en paredes blancas y tejas, sumado a un paisaje rural dominado por hileras de parras y los cerros de La Lajuela como telón de fondo, van agregando bonos que sumados una atención puntillosa y campechana, la experiencia se torna plácida incluso antes de llegar la comida. Lo anterior se parece mucho a todo lo encontrable en una zona huasa como Colchagua. Aunque algunos detalles –su terraza lounge a un costado- revelan de a poco sus verdaderas intenciones: una comida de matices chilenos sólo en ingredientes (sal de Cahuil, quesos de Peralillo). El resto, un acotado menú internacional con arrestos franceses y norteamericanos. Sí, gringos y galos, gracias un par de cocineros –Cristóbal Harsen y Roberto Neira- que no tienen empacho en servir Foie Gras ($ 14.800), Confit de Pato ($ 7.300) o Alitas de Pollo en Salsa Barbacoa ($ 4.600), junto a merluza del día y asado de tira, sin desentonar con el ambiente.

El resultado fue interesante, sabroso y no demasiado caro como para asustarse. De entrada, el Tártaro de Vacuno ($ 4.300) resaltaba por la suavidad de una carne magra ciento por ciento y en un aderezo amostazado suavemente dulce. Con un poco menos de aceite de oliva en la mezcla, tanto mejor. Después, será comida fina pero por contundencia no se queda, porque el Asado de Tira ($ 5.800) si bien no era un portento de orden visual, lució impecablemente blando y concentrado en sabores, aderezado con una salsa barbecue notable en su elegancia. Otros fondos: Pollo de Grano Rostizado al Horno $5.800 y Costillas de Ciervo Braseadas $6.200.

El Veta Suspiro $ 2.900, suave y cremoso, mientras que un Tiramisú a modo de prueba, no le envidió al mejor de local italiano. Y con ese decorado, qué mejor. Ahora, si se despercuden del yugo que significa tener que ofrecer sólo una marca de vino (el de la casa), que honestamente resta puntos de calidad respecto a la comida, Veta puede consolidarse como un gran bistró campestre. De esos que, como dice la famosa Guía Michelín 'vale la pena un viaje'.

Dirección: Rafael Casanova 570, Santa Cruz, VI Región
Teléfono: (72) 822 401
Horario: ma. a sá. de13.00 a 16.00 y de 20.00 a 23.00. Do. de 13.00 a 16.00
Consumo Promedio: $ 13.000
Calificación: 5,5

06-01-2009

COMENTARIO RESTAURANTE. Oporto: un trago suave

Jugados en torno al célebre vino portugués, con una especial carta de opciones de este tipo, su propuesta gira en torno a una cocina mediterránea a ratos interesante, en ocasiones no, en un entorno de restobar. Un espacio en vías de desarrollo que con el tiempo dará mucho más.

Es de esos nombres que suenan en grande. Sin apellido de por medio y recordando al más célebre de los vinos hechos en Portugal. Harto compromiso, tomando en cuenta además que están en Isidora Goyenechea, donde los restaurantes ganan clientes con esa compleja mezcla de onda y calidad culinaria. En esa está Oporto, acomodándose a su entorno, mostrando de a poco atractivos: una moderna arquitectura que parte con su mega living en el acceso. Es cómodo, como para pasar del happy hour a la cena sin escalas, tomando el fresco como previa. Los de afuera quizá no repararon en su interior, también moderno y amplio, encerraba un ambiente frío. Demasiada luz blanca, demasiado plano para insuflarle aire simpático a la comida y a la velada ¿Y si se la juegan por luces más amarillas, más potentes y una música más alegre, menos pálidamente lounge? ¿Si juegan a ser un poquito como La Mar de Nueva Costanera, a despercudirse de cualquier actitud tiesa? Quizá detalles como ese marquen parte de la diferencia a futuro.

La comida es de corte mediterráneo y a la hora de los balances funciona, aunque con los respectivos ajustes. El Gazpacho ($ 5.600) llegó bien frío y con una suave sazón, que fue el contrapunto de los delgados y sabrosos cortes de Pastrami sobre Gratín de Espárragos y Endibias ($ 6.400), que hizo buen juego con un acompañamiento caliente, igualmente rico en su mezcla de queso y verdura, pero que no dejó ver mucha endibia dentro del plato. Aún así, aprobado. En los fondos se nota timidez a la hora de medir las sazones; a muchos les agrada la suavidad, pero quizá al correcto punto del Congrio Grillé al Cuscús de Betarragas ($5.900), se le pudo dar un poco más de expresión. Lo mismo para el Filete al Oporto ($ 6.700), donde la salsa roja basada en el vino, no le hizo demasiado peso a una carne de por sí blandita, pero ligera de gusto. Otras opciones: Camarón al Oporto ($ 4.600), Mero Grillado con Puré de Garbanzos 9500, Lasaña con Camarones y Puerros gratinados ($ 6.600), Marquise de Chocolate con Crema Catalana ($ 3.600)

Hay nueve variedades del vino fortificado portugués, con opciones por copa a precios razonables ($ 3.000 aprox.) hechos para equilibrar dulzores intensos, como el de la algo mantequillosa Panacotta al Oporto ($ 2.900) o la Magdalena de Chocolate ($ 2.800) cargada a la enjundia y la glucosa. Hay poder garantizado en esas botellas y en la zona dulce, falta que el resto se ponga a tono, para tener su espacio en el barrio. Por ahora, un lugar en vías de…

Dirección: Isidora Goyenechea 3477, Las Condes
Teléfono: 378 6411
Horario: lu. a do. de 12:30 a 16:00; do. a ju. de 19:00 a 00:30; vi. y sá. de 19:00 a 01:00 horas.
Consumo promedio: $ 15.000
Calificación: 5

Mi libro

Mi libro
Valparaíso a la Mesa, reúne las 47 mejores opciones para comer en toda la ciudad con más personalidad de Chile. Disponible en librerías de Santiago y V Región.

Asado de tira

Asado de tira
Asesino ¿No?