18-12-2007

Resumen gastronómico del año (Parte II)

Astrid y Gastón: A estas alturas, un clásico.

No hay demasiadas dudas, Astrid y Gastón es uno de los buenos. Si bien la estética ambiente no es su fuerte (podría ser menos acartonado e igualmente respetable), es porque sus afanes de belleza se trasladan a los platos. La base es conocida: nuestros vecinos norteños. Pero también aparecen unas cuantas vueltas de tuerca orientales, europeas y chilenas moviéndose entre sus platos, como detalles a veces sutiles y en otras ocasiones no tanto (foie gras, atún pascuense, centolla) ¿Cocina global? Un poco, pero siempre con acento peruano. A propósito, esa receta en su versión lenguado ($ 8.200) llegó en dados de filete casi traslúcidos. Es la naturaleza de esa carne y para mantener tal prestancia, el limón apenas maceró su superficie, mientras que el filoso aderezo de rocoto llamó la atención, pero sin menoscabar la esencia del pescado. En dos palabras, frescura lujosa. Luego, la Degustación de Causas ($ 7.400) con molienda de habas y papas chilotas como variación, sólo hicieron resaltar la sazón del atún y el salmón que contenían. Si se trata de apreciar potencia en carne roja, la Vaca en Dos Extremos ($ 9.800) cumple con ese cometido a cabalidad: un filete a la parrilla a punto por un lado; una cola de buey estofada delicadamente y de sabor profundo tanto como su arroz cremoso (nótese, no risotto) de hongos. Otras cosas que se mantienen inalterables a lo largo del tiempo: una carta de vinos enorme y tremendamente al día y un servicio acorde al acervo de botellas reposando en sus bodegas.
Dirección: Antonio Bellet 201
Teléfono: 6509125
Horario: lu. a sá. almuerzo y cena.
Consumo promedio en su momento: $ 30.000
Calificación en su momento: 7


Mercat:Moderno y prometedor.
En resumidas cuentas, Mercat cuenta con olfato contemporáneo para ubicar esa cuota extra de sabor, propia de un restaurante destinado a estar por sobre la media de sus pares. Ese instinto encaja con la vista; Su comedor es un gran rectágulo de aire retrofuturista. Hubo rapidez y amabilidad en el servicio como también una cocina breve (19 opciones en entradas, platos de fondo y postres) de alta precisión culinaria. Aquello comenzó confirmándolo el chispeante Tartar de atún con Caramelo de Soja y Aceite de Zanahoria ($ 6.200). En fondos, que sea pescado, no quiere decir falta de poder al gusto. Cuatro medallones de Oilfish ($ 7.800, extra graso y uno de los pescados in de la temporada) hicieron notable juego con las lonjas de jamón serrano que lo envolvían. Pura potencia. El Atún Ecuatoriano con Pok Choy y Tallarín de Verduras con confitura de Tomate y Tapenade de Aceitunas Negras ($ 7.900), fue todo lo contrario, más suave y dulzón, pero también siguiendo una fina culinaria. Tal vez puntúe para imperdible el redondo Mousse de Roquefort con Cremino de Chocolate ($ 3.900), postre de sabores profundos y adictivo. Da el ancho para destacar donde está instalado.
Dirección: Nueva Costanera 4092
Teléfono: 7842840
Horario: Lu. a vi. almerzo y cena. Sá., cena.
Consumo promedio en su momento: $ 25.000
Calificación en su momento: 6,5


El Plateao (Bahía Inglesa): Un oasis a la hora de comer.
Un wok, una llama intensa y aceite caliente que dore rápido cada plato. Son las coordenadas esenciales en El Plateao. Pero para destacar en una playa taquillera como Bahía Inglesa, se requiere más que frituras y salteos. Precisamente, eso pasa en esta versión evolucionada del clásico chiringuito a orillas del mar; tanto, como para trascender del balneario y convertirse en una de las cocinas más entretenidas de la III Región, y por qué no decirlo, del litoral chileno completo. Posee un buen puñado de estilos culinarios, junto a preparaciones fáciles de resolver y llevar a la mesa. Resultado: cocina fusión de la buena. Pero una con personalidad. Porque para que todo eso resulte sin convertirse un playero pastiche snob, se necesita usar lo bueno que esté a la mano. Y si un Cebiche Costeño ($ 5.000) junta ostiones, camarones y pescado del día, en una porción generosa, las sonrisas aparecen espontáneas. En fondos, un Chicharrón de Pulpo Atomatado ($ 7.000 ), significa lonjas frescas y dóciles de crocancia ideal: una golosina salada. Nuevamente el apanado es protagonista del Pescado a lo Macho ($ 7.000), servidos con una salsa indefinible pero intensa, rica. Visualmente es madera clara, harta luz natural con espacios interiores apretados (el viento es eterno en la terraza al aire libre) y atención simpática. En suma, hay comida distinta a varios -centenares quizá- kilómetros a la redonda.
Dirección: Av. El Morro 753
Teléfono: (09) 8260007
Horario: lu. a do. continuado desde las 10.00 horas
Consumo promedio en su momento: $ 12.000
Calificación en su momento: 6


Ostras Azócar: Así se regresa.
Ostras Azócar se quemó entero, pero renació de sus cenizas como si se hubiera traspasado un clásico del cine de añejo celuloide a HD. La claridad reluce entre cuadros naturalistas y muros coloridos recién enyesados; pero no por retocar su esencia costumbrista no dejan de sorprender: su barra ahora está al fondo de la casona y hay nuevos comedores. Pero lo que mata es su sala de degustación: parador con mini bar y viveros de mariscos con ostras listas para probarse. Gran gancho gran. Repetírselas no cuesta mucho; una porción de 20 (corrientes por $ 5.900 y semi a $ 7.200) es adictiva, abundante, pura y yodada frescura. De ahí en adelante, puras recetas a la usanza de los viejos buenos tiempos: de la corrección de los sour ($ 1.500 el Pisco Sour y $ 2.500 el Jerez ídem) a una selección de platos donde hay abundancia y no mucha complicación culinaria. Pedir Cebiche de Salmón a la Francesa ($ 4.900) significa dados consistentes y marinados en salsa a la mostaza. Hay una holgada selección de pescados a la plancha, mariscos en chupe, o especialidades opíparas del tipo Imperial de Mariscos (para tres personas $ 47.000 y para seis $ 85.000). Vuelta al salmón, pero esta vez relleno de colas de gambas, verduras ($ 5.900) y ricamente gratinado con queso. Hay ambiente, presteza en el servicio y movimiento constante, que podría mejorar con postres más elaborados que unas Castañas en Almíbar ($ 1.800). Un upgrade a lo típico no dejaría indiferente. Por mucho que se trate del mejor ejercicio de recuperación culinaria de los últimos tiempos.
Dirección: General Bulnes 37
Teléfono: 6822203
Horario: Lu. a sá. continuado de 12.30 a 23.30. Do. sólo almuerzo.
Consumo Promedio en su momento: $ 12.000
Calificación en su momento: 6


Aguas Verdes (Villarrica, IX Región): Atrayente como su entorno.
Un buen indicio para calibrar un restaurante, es dar cuenta que todo lo pedido llegue de una sola vez a una mesa. ¿Premisa básica en la restauración? Si, claro, pero una indicación llevada a la realidad por pocos. En Aguas Verdes esta escena se repite con una fluidez que movería a la envidia de otros sitios similares. El inicio de una experiencia culinaria cómoda y profesional; como las dependencias de ese recinto. Su propuesta es internacional y contemporánea y tiene su precio. Pero por prestancia, vale la pena sacarle punta a la tarjeta de crédito y comprobar qué tan cosmopolita y tremendamente delicado es el sabor del Tártaro de Wagyú ($ 7.500). En entradas como esa, fresca, fina y que tributa a una de las cocinas asentadas en la zona como la alemana, se va notando el pulso gourmet. Los productos locales salpican la carta. Cosas como mariscos y pescados, porotos, ciervo, habas o murtillas. La frescura marina y la precisión culinaria entusiasman en sus Frutos del Mar ($ 6.900) lo comprueban. Hay pastas y carnes de selección, como las robustas Chuletas de Cordero Especiada con Ensaladas ($ 9.300), a punto, o la Pechuga de Pato a las Siete Especias con Zanahorias Grilladas Arroz Salvaje y Brotes de Coligüe ($ 9.500). Tarea pendiente: sommelier, para un lugar con belleza ambiental y culinaria garantizada.

Dirección: Camino Villarrica-Pucón, Km. 13, Villarrica.
Teléfono: (45) 450000
Horario: lu. a do. almuerzo y cena
Consumo promedio en su momento: $ 30.000 (Menú del día por $ 15.000)
Calificación en su momento: 6


La Barquera (Viña del Mar): El lado informal del lujo.
Cuando se está en un hotel, y contiguo al más antiguo de los casinos chilenos, la fuerza de la costumbre otorga ciertas ventajas. La primera, una coctelería experta en preparaciones reputadas. El elegante amargor del Amareto Sour ($ 3.000) y un Clavo Oxidado ($ 2.900) tan aromático como equilibrado al gusto, constan en ese registro. Con buenos tragos, lo que sigue es distensión y ese es otro de los puntos altos que ofrece La Barquera, el espacio cachual de Hotel del Mar. A la hora de sumar virtudes, hay bastante donde mirar. La vista al mar entretiene y es a pantalla ancha; los garzones tienen bien aprendido su rol de servicio, hay full iluminación y todo es modernamente desprovisto. De los platos El Estofado Mar y Valle ($ 7.800), filete de Mahi Mahi (pescado pascuense) jugoso y lozano (se notó el cuidado en su congelado), bien provisto de verduras y mariscos suaves que resaltaron la carne. Por su parte el Profundo Rojo ($ 7.200) fue una albacora a punto, salteada al ajo, con un mix de pimentón, aceitunas y alcachofas ligeramente ácido: no le hicieron buen aporte a la pieza de pescado. De todos modos, su sello mediterráneo convence. A la hora del promedio en precios, hay de donde escoger y sobre todo, de disfrutar con garbo y mirando cómo se mecen las olas.

Dirección: Av. San Martín 199
Teléfono: (32) 2500700
Horario: Lu a do. Continuado desayuno, almuerzo y cena
Consumo promedio en su momento: $ 18.000
Calificación en su momento: 5

11-12-2007

RESUMEN DEL AÑO GASTRONOMICO (parte I)

Poco más de cincuenta semanas, igual cantidad de restaurantes visitados en Santiago y regiones. El trabajo de un año como crítico de restaurantes de La Tercera, viene aquí en formato resumido. La lista es larga y se entregará por partes, pero espero que este fruto de la observación culinaria, siga sirviendo como referencia útil para quienes les gusta eso de comer. Y bien. Sobre todo en estas fechas donde dan ganas de salir a la calle por un buen plato.


Casa Abarzúa: hay ambiente
Es la colonización del extremo poniente del Barrio Bellas Artes a favor del reino de los restobares. Es un impecable y cómodo espacio blanco-rojo-negro-madera (en ese orden) y acaso, con una de las terrazas más íntimas del barrio. La carta es pequeña y manejable, donde los rolls se llevan el peso de los pedidos. Saben bien como el Coconut roll ($ 4.800).A juzgar por la rica prestancia del arroz, el resto de sus pares anda por ese mismo nivel y a menor precio. Luego hay brochetas, pescado, ensaladas, tártaros. Códigos de una propuesta ligera, y que como cualquier nuevo emprendimiento requiere de sus ajustes. En el caso del Filete del Inca ($ 7.300) cuidar los puntos de cocción de sus pequeños medallones de carne. Que no se les pase el aceite en la fritura de los Primavera Roll ($ 3.800 ); también algo más intensidad en la salsa de jengibre que acompaña al sencillo Brownie con helado ($ 2.500) porque precisamente ése su must; o que consigan ¡ya! extractores de aire para las botellas de vino, y así no tener que devolver copas. Pero el movimiento se consigue andando y, tomando en cuenta el ajetreo del sector, es mera cosa de esperar.
Monjitas 578
Teléfono: 6399548
Horario: ma. a vi. almuerzo y cena; sá. sólo cena; lu. sólo almuerzo.
Consumo promedio en su momento: $ 12.000.
Calificación en su momento: 5


Los Tres Continentes:Perú, y todos los demás.
Peruano, japonés, italiano ¿Raro? Sólo a primera vista. La cocina de nuestros vecinos norteños durante décadas se ha nutrido alegremente de todas esas influencias, hasta integrarlas a su ya poderoso acervo culinario. Entonces, lo que ha hecho Tres Continentes en sus pocas semanas funcionando, es una especie de copy paste. Lo esencial está: comida de trazos simples, a precios razonables y un buen servicio. De momento allí, el criollismo lleva la delantera. El Sour a la peruana, con pisco de allá, apareció chispeante y aromático. Mientras, el Piqueo Frío ($ 9.450) reunía camarones, cebiche de corvina, pulpo al olivo, causa de atún y california rolls. Un plato para satisfacer plenamente a dos personas, sabroso en su frescura, pero donde la natural baja sazón del rollo nipón no jugó muy a favor por la receta. Luego de fondo, el Risotto de Atún (5.200) destacó por sus tres grandes medallones de pescado. Por su parte, las delgadas lonjas de salmón grillado del Oiro Mushi ( 5.200) resultço agradable en su ligereza, mientras que el Lomo Saltado ($ 4.900), con carne, papas y cebolla a punto, fue la prueba que corroboró que la mano se carga a la nacionalidad de sus dueños.
Dirección: Bilbao 1042
Teléfonos: 2094156 y 2743689
Horario: ma. a sá. almuerzo y cena. Do. sólo almuerzo.
Consumo promedio en su momento: $ 12.000
Calificación en su momento: 5


A Pinch of Pancho: American upgrade.
Remodelaron a fondo, atesorando sólo lo fundamental: unos carteles por allí, otros adornos por allá. Destaca siempre por su enjambre de garzones, de esos que han cultivado día a día el orgullo de servir (cosa rara en el ambiente), al punto de no temer preguntar por qué la propina no llegó al 10% del total. Esas actitudes, al caso justicieras, indican que allí cambiaron para seguir siendo el gran enclave culinario norteamericano en Santiago. Si hay que pecar, hay que hacerlo probando por ejemplo las Chicken Wings con Mild Sauce ($ 3.800) de crocancia y temperatura perfecta. Otra alternativa (en realidad son varias) esta vez en plato frío es el Steak Tartare ($ 4.200) molido hasta decir pasta. El Salmon Lemon Butter Capers ($ 5.900) llegó en su punto y como dice el texto, con una salsa de alcaparras al limón que aportó acidez con discreción. La carne es uno de los ganchos y platos compuestos, del tipo Philadelphia Steak ($ 6.900) lomo grillado cubierto en abundancia con queso mozarella y cebolla frita. Tal vez un poco más de carne ayudaría a mejorar su ya agradable prestancia. En A Pinch corroboran lo necesario de un chef pastelero en cualquier gran mesa. Maracuya Custard ($2.400), su versión de la creme brulée perfumada al fruto tropical sorprende en intensidad. A todas luces, un sitio confiable.
Dirección: General del Canto
Teléfono: 2351700
Horario: Lu. a sá. almuerzo y cena.
Consumo Promedio en su momento: $ 20.000
Calificación en su momento: 6,5


Café Turri (Valparaíso): ahora sí, funciona.
Todavía es justo decir “Café Turri revivió”. Es que durante muchos años dejó un considerable reguero de heridos culinarios; verdaderas víctimas de un servicio, comida y precios, en absoluto acordes con condiciones ambientales del lugar. El menú mezcla recetas típicas criollas con especialidades regionales francesas, provistas por un chef galo que en general se las arregla bien, aunque se partió en frío. La mantequilla era bonita pero dura -y nunca reblandeció- y la Palta Cardenal ($ 4.700) llegó con mayonesa envasada. Mejor estuvo su contraparte europea, el untuoso y potente Camembert Gratinado ($ 5.100). Los fondos sí que elevaron el nivel. Cosas como la Lasagna de Mariscos ($ 7.000) valen la pena sí o sí. Rellena de bechamel preparada con bisqué de camarones (no sólo crema) y con pasta con tinta de calamar, sencillamente dio clase en términos de intensidad marina. Mención aparte: tienen la mejor cava de la región. Si no hay botellas en la sala, se conectan interiormente con la tienda de vinos vecina, y listo. Por cierto, no es restaurante cinco estrellas ni pretende serlo. Es difícil que un sitio diseñado para atender más de 200 personas, llene las expectativas de un gourmet excelso. Pero para el turista, ese que busca la mejor imagen de una ciudad en el menor tiempo posible, puede sentarse allí con toda tranquilidad.
Dirección: Templeman 147, Cerro Concepción
Teléfonos: (32) 2365307 y 2252091
Horario: lu. a do. continuado de 12.30 a 00 horas.
Consumo promedio en su momento: $ 15.000
Calificación en su momento: 5,5


Caruso (Santiago Centro): Con manos expertas.
Juan Meza es un chef con 25 años en cocina, y hace lo necesario para que el lugar luzca gourmet. Ejemplo: el notable sentido marino (y estético) de la Trilogía de Tártaros Marineras ($ 7.500), puede traducirse en tres menudas porciones de ostiones suaves, centolla de sazón finamente cítrica y trozos de atún pascuense con todo su sabor natural puesto al servicio de un ligero macerado. La inclusión del producto autóctono, marca diferencias. Un gancho que el visitante extranjero no resiste. Las Láminas de Mero y Ostiones a la Parmesana ($ 7.500) o Crema Ligera de Papas Chilotas ($ 4.500) van en esa línea, lo mismo que el Tortellini de Centolla con Salsa Nantua aromatizada al Chardonnay ($ 8.800): donde el crustáceo aparecía impecable. Como para variar, el Filete de Res a la Parrilla con Salsa Cremosa de Morillas ($ 8.900), si bien la guarnición de arroz llegó reseca, funcionó como la buena carne que es. Los postres, retoman el tranco criollo: su Selección de postres ($ 5.500), alcanza para dos y sorprende con sabores olvidados (ulpo). Gusto a nostalgia manejados por uno que sabe, en un sitio escondido y fríamente iluminado –parecía estación de metro- en pleno centro, pero distinguido al fin y al cabo.
Dirección: Alameda 136
Teléfono: 6381042, 6855030
Horario: Lu. a do. almuerzo y cena
Consumo Promedio en su momento: $ 25.000
Calificación en su momento: 6


Asian Bistro:Oriente, de a poquito
En un mall, la idea es encontrar todo lo posible. En Asian Bistro pasa lo mismo, pero aplicado a la comida: concentrar una selección de recetas panasiáticas (China, Japón y Tailandia de preferencia) medianamente reconocibles, más guiños a otras latitudes y menudencias con tinte chileno. Ahora ¿Quién mucho abarca poco aprieta? Bueno, en este caso sí. El aperitivo de Chirimoya y Arándano Sour fue un comienzo alentador por chispa y frescura, aunque en el segundo no vendría mal filtrar la fruta. Después, una duda razonable ¿Serán mejores el Wantán y el Arrollado de Primavera que en el típico chino de la esquina? Sin duda. Hasta esos clásicos, las cosas supieron consistentes. La selección de rolls es variada, con incrustaciones fusión a la criolla como el Chilean Cebiche Roll ($ 4.700), donde el familiar sabor contrastó con un arroz demasiado almidonoso y suelto. A primera probada, sólo un simpático work in progress. En fondos, el Phad Thai ($ 5.800) no tuvo esa amplitud dulce-picante-ácida al paladar, que hace de este plato una especialidad. Mucho paño por cortar.
Dirección: Boulevard Parque Arauco. Loc. 373
Teléfono: 2201430
Horario: lu. a do. almuerzo y cena
Consumo promedio en su momento: $ 15.000
Calificación en su momento: 4


Del Cocinero:Pequeño con alma de grande.
Es de esos sitios donde lo mejor es ir de a uno, de a dos o a lo sumo de a cuatro por tanda. Es alargado y estrecho como coche comedor de tren. Esa es una distinción clara y quizá el detalle que lo configure como un espacio bistró. En todo caso, uno de los buenos. Vale cada peso cobrado. Donde salvo por el correcto Bellini ($ 3.500) del aperitivo, el consumo es bien llevadero al bolsillo. Como por ejemplo, una porción de Hummus ($ 3.200), sirve para dos a modo de apetizer, o incluso como entrada; aunque para el caso mucho mejor resultó el Cebiche del Cocinero ($ 3.900), con abundante salsa criolla. Hay carnes, pescados y pastas casi por igual. Alternativas de fondo como la Carlota de Cordero con Berenjenas ($ 6.100), de carne blanda y mezclada con láminas de verdura, están para premio de concurso. Hubo pan caliente cada vez que se solicitaba, atenciones de un servicio preocupado por dominar la situación amablemente.
Dirección: Pedro de Valdivia Norte 041
Teléfono: 2339727
Horario: Lu. a sá. almuerzo y cena
Consumo promedio en su momento: $ 13.000
Calificación en su momento: 6

Fogón Puyehue (X Región): Sabor sureño, formato internacional
No se pudo apreciar la panorámica del Lago Puyehue desde el comedor de El Fogón (era de noche), pero se intuía relajante como casi toda vista lacustre. La sensación de placidez se amplió por detalles como el calor de la chimenea, el espacio interior, el folclore de salón sonando y el aire renovado en este restaurante; que desde su toma de posesión por parte de los dueños del Spa Termal Puyehue, hicieron notar su presencia. Para público nacional el menú es reconocible ciento por ciento. Una de las ventajas de estar en el sur es tener a la mano el marisco suficiente y a costo razonable, como para poner en la mesa un Picante de Picorocos ($3.000), donde destaque su refinamiento natural -muy bien sazonado al merquén- por encima del amasijo propio del preparado. Es zona de carnes y se nota. Hay una parrilla especial a la vista y cerrada con ventanas. Casi como la caseta de un DJ inspirado, que en vez de vinilos bailables, saca a la sala cortes de Asado de Tira a punto perfecto ($ 4.300), jugosos e intensos de sabor. Otras opciones son la Paletilla de Cordero al Horno ($ 4.300) más un Pastel de Jaiba ($ 2.800) que no tenía nada que envidiarle al mejor de cualquier caleta. Hay postres con alma de hit como el Mousse de Cola de Mono ($ 2.300), pero demasiado frío y consistente, o clásicos locales como el Strudel de Manzana ($ 1.600)que pueden tener mejor cara en otro momento. Con todo, es una carta gastronómica más que interesante, allá en la provincia de Osorno.
Dirección: Ruta Internacional 215, Km 65.
Teléfono: (64) 197564
Horario: Lu. a do. almuerzo y cena
Consumo promedio en su momento: $ 10.000
Calificación en su momento: 6

10-12-2007

Sobre la nueva Kross

El último posteo (hace mucho tiempo, lo sé y lo siento) detalló el focus group para encontrar el afinamiento preciso de la nueva Kross Pilsner, acaso el más clásico estilo de preparar cerveza a gran escala. Lo más probable es que esas botellas (y las de otras marcas artesanales criollas) comiencen a tomar otro vuelo ¿La razón? Comercial Peumo, uno de los grandes distribuidores nacionales, las comenzará a despachar por todo el país. Acá, el comentario que publiqué en La Tercera contando qué tal se viene la mano con esta nueva chela, de cara al verano.




Kross Pilsner


Hasta hace 20 años, en Chile no se hablaba de cerveza, se hablaba de pílsener. Fue el márketing de la época en Cristal, el que decidió traslapar ese nombre para así ampliar su consumo en varios segmentos sociales y etáreos. Bien, la estrategia resultó de maravillas, pero a costa del buen nombre de un emblema mundial cervecero: el estilo más replicado de todos. Una breve historia: Pilsner (pílsener es su españolización) debe su nombre a la ciudad ubicada en la región de Bohemia (República Checa) donde se desarrolló a mediados del siglo XIX. Su cuidadosa fermentación en frío, el uso de lúpulo de primera calidad y de aguas más mineralizadas que aportan una mayor sensación de frescura. El resultado: furor que ha perdurado por siglo y medio.
La cervecera Kross aumenta su portafolio de estilos, reviviendo esta variedad y buscando parecerse lo más posible a la matriz centroeuropea. Visualmente es límpida y de tonos amarillo oro, con espuma ligera pero abundante (mucho cuidado al servirla de golpe) que demora harto en asentarse. Sus aromas son por lo general sutiles, pero mucho más expresivos que cualquier botella de corte industrial; predominan las notas a grano, matizado con un dejo herbáceo emparentado con la albahaca. En boca su amargor es expresivo y a la vez elegante, que llena el paladar de manera grata y se diluye con bastante suavidad una vez consumido. O sea, refresca sin pasar desapercibida y cumple con su cometido de mejor forma si se sirve a baja temperatura (7ºC y menos) para resaltar sus toques metalizados. Una buena noticia para capear el calor que se nos viene encima, con un toque gourmet.


Origen: Curacaví
Precio aproximado: $ 790
Puntos de venta: supermercados, bares y restaurantes

Mi libro

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Valparaíso a la Mesa, reúne las 47 mejores opciones para comer en toda la ciudad con más personalidad de Chile. Disponible en librerías de Santiago y V Región.

Asado de tira

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Asesino ¿No?