23-01-2009

COMENTARIO DE RESTAURANTE. Veta: el otro campo

Cocina con matices franceses y norteamericanos, en un campestre ambiente de bistró y en plena zona huasa de Santa Cruz. Un sitio que refuerza a Colchagua, como punto culinario de respeto fuera de la capital.

A veces, sin hacer grandes alardes culinarios se puede vivir un gran momento o viceversa; en el sitio donde uno menos se lo espera, aparecen esos bocados dignos de atesorarse en la memoria. La segunda alternativa corresponde a la lógica con que se mide una buena picada. La primera opción, es la que explota Veta, el vecino más nuevo de una ciudad como Santa Cruz, que poco a poco y a punta de sus atractivos vitivinícolas y sus derivados, despunta como centro culinario de respeto a nivel nacional.

Atrae tanto por el entorno como por su propuesta culinaria. Se encuentra dentro del radio urbano, en una viña (La Posada) con aire tradicional a la que se puede llegar a pie desde la Plaza de Armas, sin cansarse ni ruborizarse demasiado. El comedor típico en paredes blancas y tejas, sumado a un paisaje rural dominado por hileras de parras y los cerros de La Lajuela como telón de fondo, van agregando bonos que sumados una atención puntillosa y campechana, la experiencia se torna plácida incluso antes de llegar la comida. Lo anterior se parece mucho a todo lo encontrable en una zona huasa como Colchagua. Aunque algunos detalles –su terraza lounge a un costado- revelan de a poco sus verdaderas intenciones: una comida de matices chilenos sólo en ingredientes (sal de Cahuil, quesos de Peralillo). El resto, un acotado menú internacional con arrestos franceses y norteamericanos. Sí, gringos y galos, gracias un par de cocineros –Cristóbal Harsen y Roberto Neira- que no tienen empacho en servir Foie Gras ($ 14.800), Confit de Pato ($ 7.300) o Alitas de Pollo en Salsa Barbacoa ($ 4.600), junto a merluza del día y asado de tira, sin desentonar con el ambiente.

El resultado fue interesante, sabroso y no demasiado caro como para asustarse. De entrada, el Tártaro de Vacuno ($ 4.300) resaltaba por la suavidad de una carne magra ciento por ciento y en un aderezo amostazado suavemente dulce. Con un poco menos de aceite de oliva en la mezcla, tanto mejor. Después, será comida fina pero por contundencia no se queda, porque el Asado de Tira ($ 5.800) si bien no era un portento de orden visual, lució impecablemente blando y concentrado en sabores, aderezado con una salsa barbecue notable en su elegancia. Otros fondos: Pollo de Grano Rostizado al Horno $5.800 y Costillas de Ciervo Braseadas $6.200.

El Veta Suspiro $ 2.900, suave y cremoso, mientras que un Tiramisú a modo de prueba, no le envidió al mejor de local italiano. Y con ese decorado, qué mejor. Ahora, si se despercuden del yugo que significa tener que ofrecer sólo una marca de vino (el de la casa), que honestamente resta puntos de calidad respecto a la comida, Veta puede consolidarse como un gran bistró campestre. De esos que, como dice la famosa Guía Michelín 'vale la pena un viaje'.

Dirección: Rafael Casanova 570, Santa Cruz, VI Región
Teléfono: (72) 822 401
Horario: ma. a sá. de13.00 a 16.00 y de 20.00 a 23.00. Do. de 13.00 a 16.00
Consumo Promedio: $ 13.000
Calificación: 5,5

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