16-05-2006

Juan y Medio y el mito de los camiones


Por suerte esta no es una nota nostálgica aunque por momentos lo parecerá. Lo que hay es tristeza por la destrucción de Juan y Medio a causa de un incendio la semana pasada; la imagen de esa larga casa de un piso iluminando la noche a punta de llamas, resultó impactante para quienes han comido (ahora habían) en el que debe ser (ahora debía) el más reputado restaurante de carreteras de la zona centro sur de Chile. Pero en realidad hay que lamentarse más por ese inmueble que creció a pulso, pieza por pieza, a la vera de una Ruta 5 Sur, que por otra cosa.

Seguramente esta no es la última página de su hoja de vida. Es una inflexión en su camino, no la muerte. Es que poniéndonos pragmáticos, era un buen negocio y los buenos negocios pueden mutar pero desaparecer, no. ¿Por qué aquello? Por un prestigio lentamente cultivado desde hace 59 años, criando parroquianos quienes casi por reflejo condicionado detenían el rumbo a Santiago a la altura de Requínoa. En el caso particular de quien escribe, cuatro generaciones de la familia alguna vez se han sentado (y se seguirán sentando allí) a pedir opciones como queso con pan y no al revés por ejemplo; o una gran gama de platos como riñones al jerez, cazuelas, lomos a lo pobre, porotos (granados o burros dependiendo de la temporada) mechadas con puré, longanizas, prietas y un largo etc. Platos además de gigantes, atiborrados de gusto casero y campechano.

Hay un detalle interesante en todo esto y no tiene que ver con un buen local quemado que volverá en gloria y majestad en poco tiempo (hay seguros comprometidos). Tiene que ver con la gran confianza que se le tiene al camionero como garante de una buena comida mientras estamos en la carretera. Nos puede molestar su lentitud y –a veces- su osadía o prepotencia en la carretera, pero aún siguen siendo respetables guías a la hora de buscar platos contundentes, accesibles y aire casero de sabor criollo sin gusto a plástico ¿Cuántos camiones se ven en los modernos restaurantes de las estaciones de servicio actuales? Pocos en relación a esas casas donde primero que todo, hay más espacio para que el chofer deje su vehículo. Ellos le dieron la fama a lugares como a Juan y Medio. Ojo, seguirán haciéndolo con los que se les parezcan.

Foto: El Mercurio

1 comentario:

Matías dijo...

Mi viejo era un cliente frecuente del Juan y medio, es una pena lo ocurrido.
El siempre me cuenta del origen del nombre, al parecer Don Juan era muy alto (para la época al menos) y como era un medio pescao, quedó como Juan y medio.

Saludos

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