17-04-2008

Brick (Hotel Radisson): Gourmet, pero a los chispazos

La promesa de comida de alto vuelo apareció sólo a cuentagotas, entre turbulencias propias de una mala noche. Algo bien riesgoso para un sitio cinco estrellas, donde se espera talento pero también regularidad.


Era una noche para ir a la segura. Brick es la cara gastronómica de hotel Radisson, cuentan con chef de renombre desde hace varios meses (Franck Dieudonné, ex Opera) y posee todo ese arsenal de detalles anexos que permiten ubicarlo dentro de la categoría gourmet santiaguina: manteles y copas largas, sommelier a la mesa, pianista, una cuidada penumbra que resaltó su ambiente inspirado en una cava de vinos, comodidad de espacio y cordialidad del servicio. Pero no fue una jornada para recordar; más bien lo contrario. Se dieron los pasos en falso del que quizá fue un día flojo, de esos que a cualquiera le pueden pasar. Sólo que en un sitio cinco estrellas se notan mucho. Demasiado.

Partimos bien. La Fina Tartaleta de Verduras ($ 5.800) era precisamente eso: un mix de verduras rebosante de colores, variadas texturas al gusto y sabores vegetales intensos y frescos (zanahorias, berenjenas), acompañados de un pesto notablemente hermanado al resto de los ingredientes. Pero al mismo tiempo llegaron seis microbrochetas de avestruz grillada, más una salsa satay tenue (quizá para equilibrarla con el poco gusto del ave) que parecían llegadas de otro restaurante. Baja intensidad en boca y gusto a poco para los $ 7.500 que vale. Sugerencia: otra carne y por favor, unos gramos más al plato.

De fondo, la escena repetida. Por un lado la Trilogía de Aves ($ 9.800) fue puro entretenimiento, con esa mezcla entre toques ahumados y balsámicos aplicada a una pechuga de pollo, trozos de codorniz y magret de pato -un poco frío-. De otro, la delicadeza en el planchado del Turbot ($ 11.600) resaltó frente a su guarnición. El gran problema: la paella estilo risotto no era ni lo uno (en intensidad) ni lo otro (granos demasiado duros y poco amalgamados entre sí). Una indefinición que arrastró al limbo al plato completo. La zona dulce tampoco estuvo ausente de turbulencias, porque el Crujiente de Manzanas ($ 3.800) llegó frío; sólo el helado de harina tostada que le acompañaba puso el matiz curioso y sabroso. Otro dato: más cuidado en el vino por copas (llegó un pinot noir de aromas muy abiertos y con más temperatura de lo ideal) y ante todo, concentración en lo que a regularidad respecta. Bajar la guardia en eso puede costar demasiado.

Dirección: Vitacura 2610
Teléfono: 2036000
Horario: lu. a do. almuerzo y cena
Consumo promedio: $ 30.000
Calificación: 4,5

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