31-05-2009

COMENTARIO RESTAURANTE. El Ancla: el mar se instaló en Santiago sur

Una cocina marinera franca y robusta, se encuentra en este restaurante regentado por expertos en frescura y en recordarnos alegremente, que aún existen grandes representantes del formato picadas de pescados y mariscos.

El la cazuela de greda es profunda pero no se nota demasiado. Sucede que la torre de choritos (si es que se les puede llamar así, choritos), es tan alta que el cazo aparece pequeño a primera vista. Son más o menos docena y media, y de cada concha surge una fresca carnosidad, que para colmo de bienes se acompaña por un caldo marino concentrado, a la temperatura justa para capear el frío y preparado para no perder una sola gota de sabor. Un monumento a la cocina pop chilena que por $ 3.500 gradúa con honores a El Ancha como una doña picada, incluso sin probar el resto de la carta. Encerrado de forma estratégica en la caletera de Américo Vespucio, entre Gran Avenida y la Ruta 5 Sur, a cuadras del Terminal Pesquero, ofrece un feliz aterrizaje a la mejor cocina marinera de viejo cuño: buena, bonita, barata y ‘bundante’.

Funciona desde hace más de un año con nuevos dueños –de amplia experiencia en la distribución mayorista de pescado-, quienes aún combinan su propuesta costera con la antigua parrillada existente. Y si bien sus carnes lucen sustanciosas y en buen tamaño, el mar se impone ante todo. Por más que tengan poca variedad en vino –eso sí, bien cuidado en cavas refrigeradas- y su pisco sour sea más dulce de lo deseable. Todo pasa al olvido cuando a la mesa llegan Almejas al Matico ($ 3.000) con el mejor de los aderezos: frescura intachable. Así suma y sigue una carta amplia, en un lugar generoso en espacio y estacionamientos; con las ornamentaciones justas para distinguirlo como parador marino y una atención sin refinamientos pero preocupada del detalle en cada mesa. Incluso de guardar lo que el cliente no se puede comer, algo recurrente por cierto. En pescados, los platos de fondo garantizan 350 gramos de carne por persona, gran cifra si se piensa en pescados escasos como el Rollizo a la Plancha ($ 4.500) de sabor intenso como buen pescado de roca, que servido con ese refrito de ají, ajo y aceite de oliva que es la Salsa Donostiarra ($ 1.000) resultó una grata aproximación al ideario hispano, pero a la chilena.

En un principio, la excesiva cremosidad del Pastel de Jaiba ($ 4.500) le restó puntos, pero a poco andar aparecieron los trozos enteros al fondo del plato, reiterando la tendencia a la generosidad de lugar. Incluso tienen un área vegetariana potente en su Ensalada Ancla ($ 3.000), suaves cortes de ulte (el tallo tierno del cochayuyo, algo así como palmitos marinos) con dados de queso de cabra y sazonado cual ensalada. Otro plato con pinta de hit playero y que con el alga cortada más grande podría ser el mejor causeo, acompañado de un vino blanco helado ¿Postre? Quedan para la anécdota porque no se pudieron probar (apenas unas conservas, helado y panqueques); es que con la comida bastó y sobró para demostrar que son figuras, de la culinaria de Santiago Sur y sus alrededores.

Dirección: Américo Vespucio Sur 01173, La Cisterna (caletera norte)
Teléfono: 5583309 y 5588409
Horario: lunes a jueves de 11:00 a 22:00. Viernes y sábado de 11:00 a 23:00 y domingo de 11:00 a 16:30 horas.
Consumo promedio: $ 8.000
Calificación: 6

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