07-11-2008

CRITICA DE RESTAURANTE. Prego: tano hecho y derecho

Se trata de un sitio con oficio de años en eso de servir comida italiana tradicional, más algunas sorpresitas que confirman la vigencia de este lugar ya clásico en Las Condes.

Si ya no es un clásico, al menos va camino a serlo. En restauración, una década es igual a una eternidad. Es alcanzar la madurez y Prego la tiene. Su personalidad está plenamente asumida en torno a la robustez culinaria y fórmulas apegadas a la tradición italiana. La del producto fresco y porciones generosas a costa de lo que sea. Un estilo acá preferido por gente grande; la pareja madura o familias enfiestadas con retoños listos a enrolarse en los placeres de una tratoría en serio como esta de Las Condes. Un recodo, otro más, para que lo típico diga la última palabra.

Bien ubicado a metros de Apoquindo y ajeno al mundanal tráfico. Nada mal, porque ser íntimo a un par de cuadras de Escuela Militar ya es una gracia. Lo mismo su onda de taberna de aspecto sólido, con harta piedra y grandes espacios donde el cuero y la madera recia refuerzan las intenciones conservadoras. Hasta las fotos de amigos famosos –en realidad, ya no tanto- colgados en las paredes, aportan un aire reposado y por qué no, noventero. Bajo ese contexto su comida basada primero en pastas, luego en carnes y pescados, luce interesante por su tamaño y sabrosa gracias al oficio de su cocina. Partiendo por platos como el Fetuccinne e Bocconcini di Filetto ($ 7.900), pasta firme y sabrosa, que contenía dados de filete de intenso sabor gracias un salteo dedicado en champiñones y verduras. La lista es larga en ese segmento, destacando también los Ravioles Carlomagno ($ 7.900), rellenos de camarones ecuatorianos y salsa de mantequilla. Típicidad pura.

En mariscos y pescados hay harto que decir. El Baby Polpo Alla Griglia ($ 7.900) es una gratísima sorpresa: pulpitos enteros salteados hasta decir crocantes, blandísimos y delicados, apenas apoyados con láminas berenjenas grilladas y ensaladas. Un plato para ponerlo en un marco. Tras ese punto altísimo, surge una carta efectiva, que trata bien a los pescados a la hora de la Corvina alla Livoresa (8.500), con la carne a punto y cubierta de una salsa ligera de mariscos y acompañado de un panaché de verduras realmente al dente y sabroso. Lo mismo para el Cebiche della Casa ($ 4.900) salmón marinado al limón y oliva, más cubitos de palta. Rico y el pequeño aporte chilenizador a la carta.

Un servicio a la antigua, de corbata, preciso y con mañas bien disimuladas. Una carta de vinos que requiere ajustes en términos de diversidad, sobre todo en su carta por copas; una selección de postres -Tiramisú ($ 2.800) o Nuovo Cannoli Siciliano ($ 2.900), entre otros- donde nuevamente aparece la generosidad y la simpleza como denominador común. La suma de partes, da como resultado una trattoria de buen comer e ideas claras. Ni más ni menos.

Dirección: San Pascual 72, Las Condes
Teléfono: 2087550
Horario: lunes a sábado de 12:30 a 16 hrs. y de 19:30 a 00 hrs. Domingo de 12:30 a 16.00 horas.
Consumo promedio: $ 15.000

Calificación: 6

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