26-01-2007

Gala del Vino en Viña del Mar

Postales en el boulevard
de los bebedores


Honestamente, suena pretencioso llamarle ‘gala’ al evento del Sporting Club de Viña del Mar. No por bajo nivel ni mucho menos, sino porque una de aquellas (o cualquier sinónimo al respecto) se relaciona más al resplandor fiestero onda trajes largos, corbatas o chaquetas de diseño, joyas en medio del escote, gente bajando de autos largos y caros; en fin, algunos de los hitos típicos de la simbólica realmente lujosa. Allí no.

Más bien hubo un desfile de visitantes en tenida sport, chalas por aquí, pantalones cortos por allá, algunos atisbos de formalidad, pero siempre en clave distensión veraniega. Pero sobre todo, mucha gente con ganas de beber (primero), comer (segundo, aunque hubo poca oferta este año) y aprender (después, en tercer plano), en tono relajado, muy acorde al enero de cualquier parte en Chile. Y estaba bueno que fuera así, porque hubiera sido insufrible cualquier pretensión chic, tan habituales en algunas mentes organizadoras de este tipo de eventos. ¿Y la estética Carnaval de Venecia, con ópera y juglares gritones? Ok., un poco chancho en misa, ambición desmedida, pero por suerte fueron performances que duraron poco: lo importante era el vino.

En suma, un boulevard dedicado al vino en un sitio agradable. Una versión austera en relación a otros años, pero un espacio ad hoc y que invitó a probar y probar alternativas variadas en gustos y precio al bolsillo. Acá una selección de algunas de aquellas novedades, por si se las topan en algún supermercado, tienda, restaurante o por qué no, en la botillería amiga.


Santa Inés
Santa Inés I. 2004-2005 Cabernet Sauvignon / Carmenere / Shiraz / Malbec / Petit Verdot). (Valles del Maipo y Choapa)

Buen volumen en términos aromáticos dulzones, que recordaban durazno maduro, cereza y luego al abrirse mostraban un poco más de complejidad a madera de buen nivel y vainilla. En boca era más bien ligero, corto y con taninos marcados al igual que su acidez. Vino refrescante y complejo que requiere decantación. O bien guardarlo por un tiempo en la bodega. Producto ambicioso (multicepa, multivalle y multiaño) al que hay que esperar: va por la vía de la búsqueda de la identidad propia y eso siempre se agradece.

Cánepa
Genoa 2003 Cabernet Sauvignon / Syrah / Malbec (Colchagua)
Es la proa del esfuerzo de esta viña por tener vinos de alto vuelo. Armado como gran reserva, presenta suaves notas a higo, cuero, chocolate y frutos rojos. En boca se aprecian sensaciones similares, pero con una concentración significativa pero elegante, con taninos más bien domados por el tiempo, que hacen grato complemento a la expresividad de aromas. Recomendable para una gran comida. Recomendable decantarlo para que se abra mucho mejor.

San Pedro
Castillo de Molina Sauvignon Blanc 2006 (Elqui, Casablanca, Leyda)

Asomar la nariz en la copa fue como una explosión de aromas picosos y minerales. Ají, algo de hierbas, arrestos minerales, todo en gran volumen. Po-de-ro-so. En boca es agradable, con la acidez alta pero no arrolladora como podría ser un varietal 100% casablanquino por ejemplo. Pero un vino equilibrado, que sorprende. Si lo ven por ahí, llévenlo: apuesta segura (y diferente) a la hora del aperitivo.

Montes
Cherub (Rosé) 2006 (Colchagua)

Aromas que recuerdan a cereza, dejos florales intensos y un volumen que lo convierten en un aperitivo de peso o un vino de esos que ponen la ‘nota color’ en cualquier sesión de apetizer. En boca es rico de acidez y con un cuerpo más que ligero, pero sin perder prestancia. En suma, entretenido y si se quiere, como una modelo de pasarela con algunos kilitos de más: o sea, con belleza y sabrosura.

Anakena
Single Vineyard Malbec 2005 (Cachapoal)

De entrada su aroma es austero, pero al dejarlo reposar un rato y moverlo, se aprecia una nota especiada, cuero y de frutos negros en alta concentración. En boca es coherente en lo que a concentrado se refiere, con taninos potentes, aunque al final de la prueba aparece un fino amargor. Tinto con carácter, apto para consumo inmediato o para la guarda en pos de ocasiones especiales.

Bisquertt
La Joya Viognier 2006 (Colchagua)

La novedad de esta viña de la VI Región, se aprecia mejor en aromas y sabor cuando está a una temperatura un poco más alta de la habitual para un blanco ligero. Ahí surge la papaya, la piña madura, el melón calameño y toda la paleta tropical que hace de esta cepa un entretenido mix de olores. Ahora, en boca resulta un tanto alcohólico, con un cuerpo medio y una acidez agradable de momento, que lo hace recomendable para consumo ¡ahora ya! Aún así, interesante debut.

Miguel Torres
Tormenta Cabernet Sauvignon 2004 (Valle Central) Orgánico
Concentración agradable en nariz, a frutas rojas como la frutilla madura y luego a los toques especiados y herbales. Se portó mejor en boca, con una acidez y estructura tánica propia de la cepa, que entregó un vino chispeante y a la vez con carácter. En eso, es de primera clase.

Francisco de Aguirre
Luan Merlot 2006 (Limarí)

Este viene a ser una especie de work in progress para el mercado nacional. Porque se vende afuera y acá se espera (según lo dicho en el stand) incorporarlo durante este año. Aunque quien sabe. En nariz la nota a frambuesa y ciruela fresca es suave pero evidente, mientras que en boca es igualmente livianito y abocado (dulzón). Cortito y preciso; frío, sabría de lo mejor junto a pescados blancos, cocidos o a la plancha. Best value… si es que llega por estos lados.

Concha y Toro
Terrunyo Carménère 2004 (Maipo)

Inmediatamente abierto a notas frutales como la frambuesa, pimienta y otras especias, es un gran representante de la cepa, bien dada a esos descriptores. En boca, la suavidad persiste al punto de ser –como dicen varios- sedoso. Vino elegante y definido. Un perfecto pret â porter para quesos, carnes con baja intensidad de aliños, pescados grasos y guisos. Gran valor.

VIA Wines
Oveja Negra Cabernet Franc / Carmenere 2005 (con paso por madera)

Aromas claros a ciruela, cassis y un dejo de cuero, tanto por la cepa como por el aporte de la madera (no sé si barrica). En boca taninos amables y un volumen medio. En realidad un buen vino clasemediero, para todos los días si se quiere. Por algo es masivo.

Lomas de Cauquenes
Las Lomas País 2005 (Curicó)
Pega fuerte un set de aromas frutales sencillos, que recuerdan ante todo a ciruelas ácidas. Quienes aseguran que la cepa es rústica y que vive al borde de la cornisa de las variedades más o menos encopetadas, tienen razón: salió bien tánico y ácido, de esos que hacen arrugar la cara al primer trago. Si se le deja reposar un tiempo puede suavizarse, pero más bien es un producto acotado a gustos muy definidos.



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