23-05-2008

Doménica: experiencia y pasta para gozar

El que sabe, sabe. La suavidad y gusto de sus masas o la intensidad de sus salsas le otorgan un espacio de respeto entre sus pares, fruto de una larga experiencia en el estilo.

Ambiente trabajado para ser un plácido enclave de líneas clásicas, sin sobrecargas visuales, como gran contrapunto al vibrante ajetreo de avenida Tobalaba. Su ambiente está diseñado para entregar calidez, iluminación discreta y música a volumen adecuado, con el fin de disfrutar platos donde la tradición es la que manda. En Doménica eso se traduce en rezar el catecismo de las pastas, asociadas a una calidad fabricada por manos expertas Es que sus dueños fundaron y regentaron el (aún) respetable Da Noi a lo largo de los '90, o sea además conocen los códigos atraer a un público amigo de la pausa y de la comida sin más aspavientos que el sabor. Uno que resultó grato en general.

Una conclusión: las masas brillan sobre el resto de la carta, por mucho que cobren las salsas aparte y encarezcan la porción hasta el límite de la billetera. Ir por unos Sorrentinos con salsa de Champiñones ($ 6.900 y la salsa $ 1.900) es hacerse de una pasta suave, delicada de espesor pero resistente en grado justo para soportar sin problemas el abundante relleno de ricotta, que sirve de complemento ideal a una reducción de hongos expresiva y sabrosa. Esas mismas cualidades se notan en la especialidad de la casa, los Canelloni Doménica ($ 7.900) rellenos de centolla y con una salsa de camarones-champiñones de notable concentración; aunque su relleno más bien seco y el escaso marisco en la mezcla le jugaron en falso.

No viven sólo de pastas. Hay una separata de carnes y pescados a la italiana, más una breve selección de risottos, que a juzgar por la corrección del preparado con salsa de Espinaca ($ 5.900 y la salsa $ 1.500), de granos al dente -podrían sugerir los puntos de cocción en el arroz-, untuoso, de sabores gratos y reconocibles, deben tener espacio privilegiado entre los habitués del local. En postres, hay harto sorbete y postre al agua, quizá para 'revivir' tras estos fondos llenadores. De ellos, la Copa Helada Doménica ($ 2.900) con limón de Pica y frutilla, es carta segura.

El servicio se portó sigiloso y preciso, lo que siempre juega a favor de un lugar que busca refinamiento. Para mejorar: es esperable, por el barrio, tener precios al límite y otra diferente ser cicateros sobre todo en las entradas. Las ricas y crocantes Berenjenas Asadas ($ 3.900) eran escasos cuatro montaditos gratinados con queso de cabra, mientras que Antipasto Doménica ($ 6.800) unos cuantos frutos secos y lonjas de jamón, quesos bien vistos en cualquier pub y un suspiro de verduras grilladas, que no dieron el ancho ni por cantidad ni por sabor. Como si lo hubieran sacado de otro restaurante y puesto ahí, como un lunar entre una oferta de pastas más que honorable.

Dirección: Tobalaba 405, Providencia.
Teléfono: 4151515
Horario: lu. a vi. almuerzo y cena. Do. sólo almuerzo.
Consumo Promedio: $ 18.000
Calificación: 6

Publicado en La Tercera, 23 de mayo de 2008

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