08-11-2010

Comentario de cervezas

Hollandia 
Holanda, $ 750
Una Pilsen holandesa que destaca por el refinamiento de su propuesta. Es de amarillo clarito y de una espuma ligera que se deshace pronto, más allá de su enérgica presenca de gas carbónico. Su aroma es tenue y malteado, con un toque herbáceo muy ligero, propio de las chelas de fermentación baja. Al paladar posee un cuerpo muy ligero y bajo amargor, aunque no es necesariamente corta, porque se queda sutilmente dando vueltas con un tonito dulce incluso. Es muy fácil de beber y bien helada puede ser la salvación de una sed profunda, de esas que aparecen con los días de calor serio.

              Del Puerto Rubia Pale Ale
Valparaíso, $ 990
Es la más ligera de las cervezas de la factoría porteña. A la vista es amarilla, ligeramente turbia y con espuma blanca que se asienta bien y por un buen rato en el vaso. Su aroma es dulce meloso con un dejo floral propio de la variedad, más la intervención leve del lúpulo. A la boca aparecen notas a caramelo  que van dando paso a un amargor de clase media, que refresca sin dejar de lado un cuerpo interesante también de mediana intensidad. En suma una Pale Ale parejita, comercial dentro del área microcervecera y por lo mismo, apta para el gran público. La más vivaz de las producidas por esta compañía de Valparaíso.

Weisz Flensburger
Alemania, $ 1.750
Una cerveza de trigo que se las trae por su expresividad. Su espuma es muy firme, su color es ocre y turbio, antesala de una lista de aromas malteados, a caramelo y licorosos a ratos. Una complejidad que aumenta en boca, con su ataque intenso a notas dulces, más la acidez propia de la variedad que crea una sensación curiosa: no deja que el sabor penetre a la garganta para que sea una chela larga y amarga. Se queda ahí (es parte de la gracia de las de trigo en todo caso), pero es interesante que lo haga, porque hace que el producto no sea empalagoso. Compleja y robusta dentro de su estilo.

Amber Ale Se Cocina
Llanquihue, $ 2.800
Una marca hecha para un supermercado de la plaza (Unimarc), tiene como prima hermana la notable lager Colonos. La preparan en la misma fábrica y de ahí se nota la nobleza de sus ingredientes, pero de estilo bien diferente. Es turbia, opaca, con espuma beige esponjosa que se mantiene en la copa un buen rato. Su aroma es de intenso caramelo y notas frutales tipo membrillo. Su sabor es profundo, expresivo en lúpulo por un lado (sabores metalizados y de alcachofa) y del otro malta caramelo que la hacen una cerveza seca antes que dulce. Alegremente excesiva se queda largo rato en la boca y en la garganta.

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Mi libro

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Asado de tira

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