Abrió la temporada de El Bohío, el restaurante al aire libre de hotel Sheraton y el que en verano le hace la seria collera a la señorial cocina de El Cid, el comedor titular. Sabia o mañosamente, lo que a estas alturas da lo mismo, los encargados no avisaron que a) estaba el lanzamiento de la primera Guía de Aguas Minerales de Latinoamérica (eso se contará en otro posteo), b) que los cronistas invitados se mezclarían con una maraña televisiva que incluía personajes del tipo Iván Zamorano y Sra., Amaro Gómez Pablos y Sra., Mauricio Bustamante (sin Sra.), Diana Bolocco (y Sr.) entre otros tantos ejemplares de la vida pública mundana de la comarca (no se preocupen, jamás serán fotografiados en este blog sólo por figurar, a menos que cocinen rico). De todos modos, siempre es muy interesante interactuar con ese zoológico entre farandulero y chic, mal que mal, porque es gente que también pulula entre restaurantes, como nosotros. Y c) que la cosa incluía llegar con sombrero, ojalá bien vistoso, seguramente como parte de la estrategia para que revistas más cuché-frívolas llegaran con sus fotógrafos al ataque. En fin, cosas de la promoción integral, necesaria en un lugar como Sheraton.
De lo que nos importa: el buffet. Los buffet son controvertidos. Los críticos del sistema dudan de la capacidad higiénico/gourmet de presentar platos y platos durante largo rato al aire libre a la espera de sus comensales, que van sacando la comida de a bocados o de a pedazos y se los llevan a su mesa. Anthony Bourdain en su primer libro "Confesiones de un Chef" que lo hizo famoso, advertía que tuviéramos cuidado. Que eran poco menos que las sobras del día y de la semana metidas en una caja de metal al alcance del comensal incauto y desprevenido. Y es una afirmación creíble, porque quien suscribe ha sido testigo de propuestas lamentables por el estilo. Pero en el caso de El Bohío, Josef Gander, su chef, es un histórico manático, dado al detalle higiénico y la puesta en escena rozando lo perfecta. Y además, por $ 22.500 por persona (bebidas aparte), no se van a arriesgar a un potencial papelón. Nunca se sabe en todo caso, pero se nota que tratan de cubrir todos los riesgos posibles con elegancia. Así, se entra confiado a las islas de entradas, platos de fondo y postres que se pueden consumir sin parar, atendidos bajo un estándar 5 estrellas. Abajo, algunas de las evidencias fotográficas del local, en el que vale la pena invertir unas lucas.
Dirección: Av. Santa María 1742, Providencia.
Teléfono: 707 0000
Nota: a este lugar se asistió invitado por sus organizadores.
Una parte del buffet de postres al acceso. Fruta fresca y pasteles conforman el grueso de la presentación. |
El dios romano Jano no podía estar ausente en esta junta de celebridades, provenientes desde todos los ámbitos de la vida social santiaguina. |
La parrilla no es sólo para la carne. Los vegetales grillados se cuentan por montones dentro del buffet, lo que resalta la diversidad y marca la diferencia. |
1 comentario:
Carlos,
Qué bueno saber que el Bohío sigue con la misma calidad de siempre. Se entienden los cuestionamiento de la calidad sanitaria de algunos productos cuando uno va en verano y las temperaturas ahí en la terraza son en general sobre los 30 grados.
Ya tendré oportunidad de ir esta temporada, pero en los años anteriores siempre he tenido buenísimas experiencias.
Saludos,
Coté Infante
PD: Visítame en sentidos.bligoo.com
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