28-11-2010

Una tarde con las Damas Diplomáticas

Es un poco inútil contar cosas de un evento que ya pasó, salvo cuando es la primera vez que se asiste y no se tiene la debida certeza de la calidad de éste. Ahí el registro cobra importancia, pensando en la próxima oportunidad que ocurra para poder anunciarlo como se debe (las páginas sociales valen bien poco en este medio). Aunque en el caso de la muestra de las Damas Diplomáticas, sus 20 años de experiencia no son un dato menor como para no haber anunciado algo con anticipación (lo que se hizo). Me cuentan que progresivamente han ido aumentando su capacidad de organización, hasta montar una feria en serio en casi todo el parque Inés de Suarez de Providencia. Escenario con buen audio (aunque con pésimas grabaciones de algunos grupos que actuaron), un par de grandes comedores techados, otros tantos techos extra para guarecerse de un sol aguijoneante (Rayito de Sol podría ser auspiciador el próximo año), que complementados con el pasto abundante, creaban un ambiente más o menos agradable para que las esposas de los embajadores acreditados en Chile, hicieran su matute benéfico. Eso sí, se echaron de menos varios países: España, Francia, Estados Unidos, Argentina... con esos incluidos, la fiesta del comer hubiera sido tremenda. Pero como estaba, bien gracias. A continuación, algunas postales de aquella jornada sabatina, ya pensando en el 2011.

PD: a este evento se asistió con medios propios (gracias también, a la gentil colaboración de Isidora Díaz (www.lasartenyelmango.cl) y Anabella Grunfeld (www.cocinartechile.blogspot.com)

Vista parcial de los puestos de comida. Los brasileños tomados en primer plano, la rompieron vendiendo caipirinhas aunque fueran de Velho Barreiro (la peor cachaça que ha existido jamás por su sabor y su inigualable poder cañístico). Igual cumplieron.

República Checa: dulces navideños y la verdadera "Única, Grande, Nuestra", la pilsner Urquell, la cerveza checa más famosa del mundo.

No pesquen la bandera sudafricana del que mira. El cocinero era un salteador pro del stand de Tailandia. Se lucieron con los phad thai.

Fuera de la belleza de las rusas, tenían sus gracias culinarias: empanaditas de masa esponjosa rellenas de carne (de una muy procesada) y de repollo dulce. Un par de embelecos muy interesantes pensando en la temporada más fría, en las que se necesita un cobijo en clave eslava.

Uno de los puestos más llamativos: Indonesia: brochetitas de pollo, Nasi Goren (arroz salteado), bocados de tofu y de masa dulce, resaltaron por atractivos y sabrosos.

Israel, improvisando: a falta de comida típica, se las arreglaron con completos que rellenaban con pimentones salteados. Nunca se supo si tenían cerdo o no; nunca se supo si era comida típica. Lo importante era vender. Era que no. 

Varios países de la esfera árabe y afines (desde Líbano hasta Turquía, le hicieron a la carne cortada y asada). Apetitoso de principio a fin.

1 comentario:

Isidora dijo...

Estuvo rico... tienes razón con lo del Rayito de Sol, la quemá de camionero no me la quita nadie!
Saludos!

Mi libro

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Asado de tira

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