07-12-2010

Ganaderos Capital Grillé: carnecita estándar

Se trata de un espacio amplio, pensado para impresionar desde el primer momento por  medio de una estética cuidada, bastante comodidad y rincones amigables como para llevar grupos grandes. El servicio, correcto sobre todo a la hora de entregar el vino a la mesa, donde destaca una preparación por sobre la media en lo que a orientación se refiere; pero la adecuada en un local donde el precio promedio de consumo supera holgadamente los $ 20.000. En todo caso, mejor guardar la formalidad con los garzones. Son medio patudos, pero hacen la pega. El fuerte obviamente son las carnes y ahí no se destiñe, salvo por cosas como unas entrañas fritas que -según palabras de su dueña- son de las más solicitadas por la clientela. Freir grasa en más grasa me recuerda a los sándwiches que se comía Elvis, sin el plátano claro. Así que, aunque sea de gusto pop, no, paso. A la plancha, sí, cero rollo. La lista de carnes y de vinos es amplia, amplísima, acaso demasiado grande para que quepa en la mesa, pero es un detalle dentro de un local donde el vacuno se trata con tino y el resto de los platos logran zafar del gran problema que tienen varios comedores similares: los extras a la parrilla no acompañan. Acá, por ensaladas y entrantes fríos, la cosa mejora. No tanto para hacerle el peso a otros locales VIP del estilo, pero se defiende.

Dirección: Vitacura 7542, Vitacura. Teléfono: 3781021 

Nota: a este lugar se asistió invitado por sus dueños.


En la foto 1: Carpaccio de Pulpo, que por textura recordaba más al queso de cabeza. No por ser peyorativo ni chistocillo; pasa que tenía la misma textura, en serio, quizá por la guarda más larga que debe verse sometida en un restaurante de este estilo. Sin embargo, había sabor a marisco y los aderezos eran los adecuados.
Disculpas por la foto 2. La carne nunca fotografía del todo bien. En la imagen, dos cortes diferentes: entrecot de angus y un lomo vetado de Wagyú. El primero un tanto más resistente que el segundo, pero ambos de buen sabor y punto preciso, sobre todo el segundo, una verdadera mantequilla en la boca. Pura suavidad. Por algo vale poco más de 15 lucas el corte. Un plato de fiesta.
En Ganaderos hacen vino, agua mineral y cerveza propia. Esta última, una ale muy bien definida dentro de su estilo artesanal. Mejor que muchas otras del mercado y una alternativa que vale la pena en este lugar. 

La ensalada de la casa era una sencilla ensalada de habas bien blanqueadas para mantener el color que luce la imagen, aliñada en el momento por los garzones. Uno de los puntos altos de la jornada y que demuestra que ese lugar es algo más que pura carne.
Aparte de la decoración noventera, debo decir que una buena ponderación es la que tiene una masa mucho más fina y que se fríe íntegramente para lograr un crocante parejo. Este no fue el caso. Para la próxima.

La carta parecía Mercurio antiguo extendido. Demasiado grande como para tenerlo en la mesa. Las cartas con paginitas no muerden.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Qué tanta grasa pueden tener las entrañas?

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