Se trata de un espacio amplio, pensado para impresionar desde el primer momento por medio de una estética cuidada, bastante comodidad y rincones amigables como para llevar grupos grandes. El servicio, correcto sobre todo a la hora de entregar el vino a la mesa, donde destaca una preparación por sobre la media en lo que a orientación se refiere; pero la adecuada en un local donde el precio promedio de consumo supera holgadamente los $ 20.000. En todo caso, mejor guardar la formalidad con los garzones. Son medio patudos, pero hacen la pega. El fuerte obviamente son las carnes y ahí no se destiñe, salvo por cosas como unas entrañas fritas que -según palabras de su dueña- son de las más solicitadas por la clientela. Freir grasa en más grasa me recuerda a los sándwiches que se comía Elvis, sin el plátano claro. Así que, aunque sea de gusto pop, no, paso. A la plancha, sí, cero rollo. La lista de carnes y de vinos es amplia, amplísima, acaso demasiado grande para que quepa en la mesa, pero es un detalle dentro de un local donde el vacuno se trata con tino y el resto de los platos logran zafar del gran problema que tienen varios comedores similares: los extras a la parrilla no acompañan. Acá, por ensaladas y entrantes fríos, la cosa mejora. No tanto para hacerle el peso a otros locales VIP del estilo, pero se defiende.
Dirección: Vitacura 7542, Vitacura. Teléfono: 3781021
Nota: a este lugar se asistió invitado por sus dueños.
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La carta parecía Mercurio antiguo extendido. Demasiado grande como para tenerlo en la mesa. Las cartas con paginitas no muerden. |
1 comentario:
¿Qué tanta grasa pueden tener las entrañas?
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