Alguna vez, hace muchos años atrás, tuve la oportunidad de conversar con el dueño de este restaurante de carretera que tiene una particularidad muy especial, además de tener una rica fábrica de pasteles cuya marca está en casi todos los supermercados de Santiago. Al estar en la calzada sur de la Ruta 68, de vuelta a Santiago, le impone como negocio el pie forzado de cobrar menos que los instalados al otro lado de la vía. La razón es sencilla: la gran mayoría la gente que retorna a la capital desde la costa, no tiene demasiado dinero como para gastar en un almuerzo o en un tentempié, a no ser que no quieran cocinar en la tranquilidad del hogar. Esa es la génesis de los precios de picada de este lugar y la fórmula les ha redituado. De lo contrario no habrían ampliado su comedor, ni tendría público constante en día de semana, por ejemplo. Es un local que anda y anda derecho respecto a su servicio amable, casi campechano, y su relación entre el valor y la calidad de lo consumido, en una jornada de almuerzo tardío. Vale demorarse un rato más en llegar a la casa y echarle una vuelta.
Dirección: Ruta 68, Km. 55, Curacaví (al lado de la bomba Copec)
Teléfono: 835 1122
Nota: en este restaurante se comió sin invitación de los dueños.
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Mini pan amasado de la casa, rico; sopaipillas calentitas y un pebre sencillo, nada picante, pero agradable al fin y al cabo. |
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Las lentejas eran uno de los platos del menú diario. Comer legumbres una vez a la semana que sea, no es nada de malo, sobre todo si tienen largo rato de reposo, tienen una consistencia de guiso y no de caldo, están blanditas, sabrosas y se acompañan de un par de choricitos de picor justo, queso rallado de corte largo y su huevo duro picado. Por ahí te creo que estamos entre el campo y la carretera. |
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El nuevo comedor, esperando llenarse esta temporada de verano. |
1 comentario:
El arvejado es uno de mis platos favoritos.Lástima que estuviera seco.
Saludos
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